Revista Espiritualidad
La familia es algo real, bueno, necesario, pero debe ser como un cilindro: abierto por la base a esa primigenia comunidad de todos en la existencia, y abierto también por arriba para incorporar sus miembros y los hijos, con solidaridad, a la sociedad toda.
Pero, qué difícil será esto segundo si la familia, cerrando su fondo como un saco, no sorbe la savia del común existir de todos en la tierra.
Por muchas diferencias que pueda haber entre un esquimal y un pigmeo, es mucho más lo que les une: ¡existen!