Revista Salud y Bienestar
La Fundación de Ciencias de la Salud ha organizado la sexta edición de su ciclo “Desde la Memoria”, que tiene por objetivo estudiar la situación de la sanidad y la ciencia en diferentes etapas históricas. En 2011, el ciclo está dedicado a la ciencia en los Virreinatos, que fueron las representaciones administrativas que estableció la corona española a partir del siglo XVI como fórmula para intentar gestionar mejor sus numerosas y distantes posesiones. Los Virreinatos de Nueva España, Perú, Nueva Granada y Río de la Plata son algunos de los más conocidos. Aunque muchos de ellos fueron conocidos por su magnificencia, apenas se conocen los avances científicos y sanitarios que se llevaron a cabo en sus territorios.
Coincidiendo con las celebraciones del bicentenario de la independencia de América Latina, “historiadores de la ciencia analizarán estos avances en un apasionante viaje expedicionario conformado por ocho interesantes conferencias”, ha apuntado el profesor Javier Puerto, catedrático de Historia de la Farmacia y Legislación Farmacéutica de la Universidad Complutense de Madrid, miembro de la Real Academia Nacional de Farmacia, patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud y director del ciclo “Desde la Memoria”, que se inaugura el lunes 14 de marzo, a las 19:30 horas, en el Instituto Internacional. Las demás sesiones se celebrarán los días 21 y 28 de marzo, y 4 de abril.
“Durante los Virreinatos se escribió una página verdaderamente brillante de la historia de la ciencia y la medicina españolas, aunque apenas se conoce esto en nuestro país”, explica el experto. Entre otras cosas, “se llevaron a cabo importantes mejoras en la minería de las colonias gracias a la introducción de abundante tecnología hidráulica, se inició la exploración del mundo natural americano, y se pusieron las bases de la ciencia independiente de países como Colombia o Méjico”, añade. Científicos de la talla de Hipólito Ruiz y José Pavón, en Perú y Chile; Martín Sessé, Vicente Cervantes, Andrés Manuel del Río, Fausto Eluyart, en Nueva España (Méjico) y Celestino Mutis, en Nueva Granada, o Baltasar Manuel Boldo y J. Guío, en Cuba, y Félix de Azara, en Paraguay, contribuyeron a ello.
Desde el siglo XVI, los científicos de los Virreinatos eran viajeros, fundamentalmente cronistas de Indias, y ya en el siglo XVIII se empezaron a formar núcleos autóctonos en torno a las universidades americanas. Estos viajeros “eran en su mayoría médicos y farmacéuticos, aunque también hubo marinos y naturalistas”, apunta. Se hicieron numerosas expediciones científicas, que podían ser de tipo botánico (con un matiz claramente farmacológico) mineral o antropológico. Un ejemplo destacado es la expedición Malaespina, que hoy en día se viene repitiendo. Fue una excursión político-científica alrededor del mundo cuyo objetivo era visitar casi todas las posesiones españolas en América y Asia. La última gran actividad científica la llevó a cabo el cirujano Balmis y supuso el primer intento de vacunación global contra la viruela. Fue una expedición de carácter filantrópico que fue a América y se acercó a China entre 1803 y 1814, al final de la colonización. En principio, su objetivo era que la vacuna de la viruela alcanzase todos los rincones del entonces Imperio español, ya que la alta mortandad del virus estaba ocasionando la muerte de miles de niños y adultos.
-Gran esfuerzo de delimitación de fronteras
En este contexto, zonas como el Mar Caribe o el Amazonas “supusieron un tremendo desafío de conocimiento del mundo natural ya desde el siglo XVI, con numerosas expediciones en busca de mitos como El Dorado o El Paraíso”, afirma el experto. También se realizó un gran esfuerzo geográfico y cartográfico de delimitación de fronteras. A este respecto, “todavía están vigentes los límites acordados en el Tratado de Tordesillas”, explica el profesor Puerto.
Durante el ciclo “Desde la Memoria” se hará un exhaustivo repaso de los medicamentos y plantas que se hallaron en el continente americano. “El fármaco más útil de todos fue la quina (corteza del quino), pues en Europa no había nada para luchar contra la fiebre hasta ese momento”, explica el profesor Puerto. “Fue la droga por excelencia, y la más útil desde el punto de vista de la terapéutica actual”. Además es la única planta americana que se sigue utilizando como medicamento en la actualidad: hoy en día se recurre a ella en el tratamiento de la malaria. También se introdujeron la coca, el tabaco, los bálsamos, las piedras bezoares occidentales, el palo de guayaco y una zarzaparrilla americana, entre otros.
Del mismo modo que con los medicamentos y plantas, hubo un importante intercambio de enfermedades entre América y Europa durante la época de los Virreinatos. Así, “al mismo tiempo que los españoles exportamos la viruela, cuyas epidemias causaron una elevada mortandad entre los indígenas, también importamos la sífilis, el terror del continente europeo hasta el siglo XIX”, explica el profesor Puerto.
Coincidiendo con las celebraciones del bicentenario de la independencia de América Latina, “historiadores de la ciencia analizarán estos avances en un apasionante viaje expedicionario conformado por ocho interesantes conferencias”, ha apuntado el profesor Javier Puerto, catedrático de Historia de la Farmacia y Legislación Farmacéutica de la Universidad Complutense de Madrid, miembro de la Real Academia Nacional de Farmacia, patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud y director del ciclo “Desde la Memoria”, que se inaugura el lunes 14 de marzo, a las 19:30 horas, en el Instituto Internacional. Las demás sesiones se celebrarán los días 21 y 28 de marzo, y 4 de abril.
“Durante los Virreinatos se escribió una página verdaderamente brillante de la historia de la ciencia y la medicina españolas, aunque apenas se conoce esto en nuestro país”, explica el experto. Entre otras cosas, “se llevaron a cabo importantes mejoras en la minería de las colonias gracias a la introducción de abundante tecnología hidráulica, se inició la exploración del mundo natural americano, y se pusieron las bases de la ciencia independiente de países como Colombia o Méjico”, añade. Científicos de la talla de Hipólito Ruiz y José Pavón, en Perú y Chile; Martín Sessé, Vicente Cervantes, Andrés Manuel del Río, Fausto Eluyart, en Nueva España (Méjico) y Celestino Mutis, en Nueva Granada, o Baltasar Manuel Boldo y J. Guío, en Cuba, y Félix de Azara, en Paraguay, contribuyeron a ello.
Desde el siglo XVI, los científicos de los Virreinatos eran viajeros, fundamentalmente cronistas de Indias, y ya en el siglo XVIII se empezaron a formar núcleos autóctonos en torno a las universidades americanas. Estos viajeros “eran en su mayoría médicos y farmacéuticos, aunque también hubo marinos y naturalistas”, apunta. Se hicieron numerosas expediciones científicas, que podían ser de tipo botánico (con un matiz claramente farmacológico) mineral o antropológico. Un ejemplo destacado es la expedición Malaespina, que hoy en día se viene repitiendo. Fue una excursión político-científica alrededor del mundo cuyo objetivo era visitar casi todas las posesiones españolas en América y Asia. La última gran actividad científica la llevó a cabo el cirujano Balmis y supuso el primer intento de vacunación global contra la viruela. Fue una expedición de carácter filantrópico que fue a América y se acercó a China entre 1803 y 1814, al final de la colonización. En principio, su objetivo era que la vacuna de la viruela alcanzase todos los rincones del entonces Imperio español, ya que la alta mortandad del virus estaba ocasionando la muerte de miles de niños y adultos.
-Gran esfuerzo de delimitación de fronteras
En este contexto, zonas como el Mar Caribe o el Amazonas “supusieron un tremendo desafío de conocimiento del mundo natural ya desde el siglo XVI, con numerosas expediciones en busca de mitos como El Dorado o El Paraíso”, afirma el experto. También se realizó un gran esfuerzo geográfico y cartográfico de delimitación de fronteras. A este respecto, “todavía están vigentes los límites acordados en el Tratado de Tordesillas”, explica el profesor Puerto.
Durante el ciclo “Desde la Memoria” se hará un exhaustivo repaso de los medicamentos y plantas que se hallaron en el continente americano. “El fármaco más útil de todos fue la quina (corteza del quino), pues en Europa no había nada para luchar contra la fiebre hasta ese momento”, explica el profesor Puerto. “Fue la droga por excelencia, y la más útil desde el punto de vista de la terapéutica actual”. Además es la única planta americana que se sigue utilizando como medicamento en la actualidad: hoy en día se recurre a ella en el tratamiento de la malaria. También se introdujeron la coca, el tabaco, los bálsamos, las piedras bezoares occidentales, el palo de guayaco y una zarzaparrilla americana, entre otros.
Del mismo modo que con los medicamentos y plantas, hubo un importante intercambio de enfermedades entre América y Europa durante la época de los Virreinatos. Así, “al mismo tiempo que los españoles exportamos la viruela, cuyas epidemias causaron una elevada mortandad entre los indígenas, también importamos la sífilis, el terror del continente europeo hasta el siglo XIX”, explica el profesor Puerto.
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