..."La respuesta
mecánica y vengativa a los conflictos y a las afrentas, provocan un estado de
la conciencia que se conoce como “resentimiento”. El resentimiento no es solo
una emoción, es un clima mental que afecta toda nuestra vida y no se restringe
solo al ámbito del conflicto. El resentimiento es un dolor del alma que
bloquea el contacto con el sentido de la vida. Es un estado mental que
bloquea la comunicación con los que considero culpables del desvío de mi
destino. Reconozco el resentimiento porque la afrenta regurgita constantemente
en mis pensamientos, sin poder resolverse; como en un círculo vicioso considero
lo que debió haber sido, lo que se hizo, lo que no hice, lo que el otro causó
etc. Resentimiento y respuesta vengativa es una estructura, el
deseo de venganza deposita resentimiento, y el resentimiento aumenta el deseo
de venganza.
Al pasar el
tiempo este dolor mental del resentimiento es insoportable y se va
anestesiando; se van borrando de la memoria aspectos del conflicto, y se
configura una estructura de situación en que la culpa, el culpable, el
resentimiento y mi infelicidad quedan plenamente justificados. Con el
tiempo el resentimiento se anestesia, y a uno le parece que ya no está
resentido; pero casualmente poco a poco voy perdiendo contacto y afecto
con las personas involucradas. Para colmo de males, el resentimiento no se
circunscribe solo a esas personas directamente involucradas, sino que,
asociando por similitud y contigüidad, contamina el resto de los ámbitos de la
vida. Poco a poco voy perdiendo la comunicación y el afecto por los
demás hasta llegar a un estado de anestesia afectiva, o de angustia constante
que en psicología se lo llama “depresión”, y que nosotros lo llamamos
sinsentido."
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