La exposición consta de más de 50 piezas de diversa índole y antigüedad, entre las que destaca la colección de patrimonio textil que han vestido la Virgen de la Luz desde el siglo XVIII, la primera fotografía que se conserva de la Virgen vestida, de mediados del siglo XIX, así como una fotografía de Tomás Camarillo de la talla de alabastro original de la Virgen sin vestiduras, que desapareció en la Guerra Civil, o un grabado original que reproduce cómo era el retablo de la Ermita en el siglo XVII
Si el día 8 de septiembre es siempre especial en Almonacid de Zorita, en 2023 lo es aún más, puesto que la villa alcarreña conmemora, en 2023, el 175 aniversario de la constitución de la Hermandad de Nuestra Señora de la Luz, patrona del lugar.
Con motivo de la efeméride, subrayándola, la Hermandad de Nuestra Señora de la Luz, que hoy cuenta con 220 cofrades, ha preparado, con cariño infinito y gran generosidad de todo el pueblo, una exposición en la que invita a realizar un recorrido extraordinario por los casi cinco siglos de devoción a la Virgen de la Luz del pueblo de Almonacid de Zorita.
La exposición, que lleva por título ‘Luz de luz’, fue inaugurada ayer por el vicario de la diócesis Sigüenza-Guadalajara, Agustín Bugeda, con presencia de la corporación municipal encabezada por el alcalde de Almonacid, José Miguel López, coincidiendo con el inicio de la novena que concluirá el día 7 de septiembre con la consagración del pueblo a la Virgen de la Luz. Al acto está anunciada la presencia del obispo, Atilano Rodríguez.
Así, el Espacio Cultural El Molino, hasta finales de septiembre, muestra cómo, a lo largo de los siglos, los almonacileños han sabido convertir también la devoción por su patrona en cultura y en arte. Este legado de la Hermandad, celosamente preservado y ampliamente complementado por valiosas piezas pertenecientes a colecciones privadas, se muestra ahora a los visitantes en el mismo y emblemático emplazamiento que albergó la primera capilla dedicada a la Virgen de la Luz que hubo en el pueblo.
Adosados a su muro norte se encuentran los restos del arco de Bolarque. Y fue allí donde, según la leyenda, un milagroso pajarillo limpió la hornacina en la que un soldado almorcileño colocó la primitiva imagen de la Virgen. La llamaron de la Luz por los resplandores de luz que emanaron de la imagen y que ayudaron a este soldado hijo del pueblo -Diego García Cantarero- a encontrarla en el muladar en el que la tenía escondida el turco que se la vendió. Parece ser que Diego se la regaló a su pueblo en 1530.
Fue este pajarillo, en 1540, según refiere el ilustre almorcileño, cronista y regidor de la villa, Matías Escudero y Cobeña, quien recogió estos hechos de los que fue contemporáneo. Otro documento que se encuentra en el Archivo Parroquial refiere que el milagro del pajarillo se reprodujo en 1580, después de que el paso de los años relajara la fe. Es en este momento y por los citados milagros cuando la devoción a la Virgen de la Luz se establece con fuerza. Buena prueba de ello es que en los primeros años del siglo XVII, concretamente en 1610, los almorcileños levantaron junto al Arco de Bolarque la capilla para cobijar a su Patrona. Con el devenir de la historia del edificio, sería molino y almazara, e incluso prisión. Ahora es el Centro CeLA. Juan Escudero y Lozano, sacerdote e hijo del antiguo regidor, donó, a su muerte, todos sus bienes a la compañía de Jesus para la construcción de un colegio e iglesia. Esta última se convirtió en la sede actual de la Ermita de la Virgen de la Luz.
La bellísima imagen de la Virgen de la Luz que llegó al siglo XX era de alabastro dorado y policromado en parte. Tenía una enorme similitud con una imagen de la Virgen denominada Madonna de Trapani, que se encuentra en esta localidad de Sicilia, en Italia. Los historiadores de la Hermandad creen que la talla era una reproducción de esta imagen, que gozó de una muy importante devoción entre los marineros europeos desde el siglo XVI al XVIII. Y también se muestran convencidos de que era la original donada por el soldado de los tercios españoles.
Pese a estar inspirada en una advocación lejana fueron las modas imperantes en Castilla las que la convirtieron en el icono de Almonacid. A la talla de la Virgen se le añadirían las vestiduras que se muestran en la exposición y que son la prueba fehaciente de la fe que le han profesado los almorcileños durante cuatro siglos. La imagen de alabastro fue destruida en la Guerra Civil y restituida posteriormente, en los años 40, por una nueva, creada a imagen y semejanza de la perdida y con sus mismas proporciones. Gracias a ello la Hermandad puede usar hoy todo el ajuar que se puede ver en la muestra.
El patrimonio de la Hermandad lo han acrecentado durante siglos los devotos de Almonacid y ha perdurado hasta la actualidad gracias a la labor y compromiso de hermanos y camareras, que lo han cuidado y defendido de la desaparición incluso en los tiempos más difíciles.
Recorriendo la exposición
La exposición consta de más de 50 piezas de diversa índole y antigüedad. Por ejemplo, más de 20 de los mantos que ha vestido la Virgen de la Luz desde el siglo XVIII, que es cuando comienza la tradición de vestir a la, imagen, hasta la actualidad. A estas piezas, más conocidas, se unen otras, más íntimas, como las enaguas y camisas de la Virgen, de las que se conservan muchos menos ejemplares por su uso y delicadeza.
Además de la prueba fehaciente de la fe de Almonacid por su patrona, ‘Luz de luz’ también hace un homenaje a todas las camareras y camarero de la Virgen de la Luz de los que se tiene constancia desde la creación de la Hermandad: Pilar Fernández de Heredia, Concepción Villaldea y Rafaela Castuera, que es hoy camarera de honor de la Virgen. Ellos, sucesivamente, han recogido el legado y la responsabilidad de preservar todo lo que hoy se expone en esta muestra. Hoy es Guillermo Pérez es el encargado de continuar con el arte de vestir a la Virgen de la Luz para Almonacid.
En una vitrina central se halla el joyero de la Virgen, con piezas labradas desde el siglo XVI hasta el XX. En ella se encuentra uno de los objetos más antiguos de la exposición una cruz-relicario de cristal de roca y oro esmaltado del siglo XVIII e inspirado en modelos del siglo XV y XVI.
La investigación documental que han llevado a cabo los hermanos acredita que, desde los primeros años del siglo XVIII, las diversas corporaciones municipales, inmediatamente después de tomar posesión, se repartían la custodia de las alhajas pertenecientes a la Virgen. Así, los cargos públicos han sido, durante siglos, los encargados de velar por su cuidado. En el siglo XXI también es el Ayuntamiento, ya con fórmulas adaptadas a los nuevos tiempos, el que continúa esta tradición y se encarga de la custodia.
Otro tesoro de la exposición es el Libro de Actas de la Hermandad, que incluye información desde el año 1848. Está abierto en el acta del año 1975, año en el que se produjo -entre otras cosas- el regalo del manto que se puede ver en el centro de la sala, por parte de las monjas concepcionistas que habían en el convento en Amonacid y que se marcharon a finales del año 1975.
El estudio de los diferentes inventarios de bienes de la Hermandad, realizados a través de los siglos y conservados en el Archivo Municipal, ha sido esencial para la preparación de ‘Luz de luz’ y la datación de los diferentes bienes que en ella se exponen. Por ejemplo, está el inventario de bienes de la Hermandad de doña Concepción Villaldea a doña Rafaela Castuera, el inventario de mantos y efectos de la Virgen de la Luz firmado por Pilar Fernández de Heredia y Concepción Villaldea en el año 1930.
Quienes se acerquen en estos días a admirar la muestra podrán observar un grabado original, coloreado, del año 1756, que representa la imagen y retablo tal y como se encontraban en la Ermita de Nuestra Señora de la Luz a mediados del siglo XVIII. Pertenece a la colección privada de Teresa Toledano Ballesteros. La existencia de este grabado dio la oportunidad de recrear el retablo perdido en la Guerra Civil con uno nuevo, y recuerda hoy cómo era la Ermita en el pasado.
También se puede admirar la fotografía más antigua que se conserva de la portada de la Ermita de Nuestra Señora de la Luz, la fotografía más antigua de la Virgen vestida, tomada en 1823, perteneciente a la colección de la familia Toledano Muñoz, una fotografía de la imagen original de Nuestra Señora de la Luz sin vestiduras, del fondo Tomas Camarillo tomada en la primera mitad del siglo XX y perteneciente al Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica de Guadalajara (CEFIHGU) y una selección de programas de fiestas históricos que tienen como protagonista a la imagen de la patrona.
La muestra está abierta los viernes, de 16 a 20 horas, el sábado, de 10 a 14 horas y de 16 a 20 horas, y el domingo, de 10 a 14 horas, hasta el 30 de septiembre. Además, la Hermandad va a abrir la exposición todos los días después de la novena, que comenzó ayer, desde las nueve y hasta las diez de la noche, y también el día 8 de septiembre, después de la procesión.
Fuente Comunicae
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