Revista Cine
Recluida en su lujosa habitación, con un aspecto físico deteriorado, dominada por completo por su madre y con una autoestima deplorable; al fin recibe la ayuda necesaria para salir de esa situación.
Siempre nos hemos reído de la tía Charlotte, es como un juego.
Al principio rechaza al psiquiatra (produce vergüenza admitir cualquier desorden mental), se gana su confianza y pasa unos días en el sanatorio. Llega el momento de volver a su vida y le entra el pánico. Allí se siente protegida, pero no es capaz de enfrentarse a su madre. Surge un plan alternativo, una fase intermedia en un crucero.
Se esconde bajo una identidad falsa y conoce a u hombre. Será a partir de ese momento cuando comience su verdadera recuperación.
Tremenda anulación de una persona por el tiránico control materno.
A Bette Davis la convencen para rodar esta película cuando le comentan que muchas mujeres se iban a sentir identificadas con la historia. Jack Warner, muy enfadado con la actriz, no tenía claro que resultase creíble como patito feo. Se equivocaba y resultó un gran éxito de taquilla.
Cualquier excusa es válida para volver a este cine de siempre. Sublimes Bette Davis y Gladys Cooper.
TÍTULO ORIGINAL Now, Voyager. DIRECTOR Irving Rapper. GUIÓN Casey Robinson (Novela de Olive Higgins). MÚSICA Max Steiner. FOTOGRAFÍA Sol Polito (B/N). REPARTO Bette Davis, Paul Henreid, Claude Rains, Gladys Cooper, Bonita Granville, John Loder, Ilka Chase,Janis Wilson, Lee Patrick, Franklin Pangborn. EE UU 1942, 117 min.