Revista Cultura y Ocio
"Matty Telemacus abandonó su cuerpo por primera vez en el verano de 1955, cuando tenía catorce años".
Lo primero que voy a decir de este libro, es que me pareció bonito. Al verlo en la librería, con ese toque llamativo y nostálgico, no pude evitar fijarme en él y pensar: qué bonito es. Y claro, eso hizo que lo leyera. Hoy traigo a mi estantería virtual, La extraordinaria familia Telemacus.
Estamos en los años noventa y conocemos a la familia Telemacus, un nombre que hace un par de años era conocido por todos gracias a su show televisivo. Sin embargo, el programa cayó en desgracia y la cabeza de familia murió poco después. Ahora nada es lo que era. Sobre todo porque el viudo, Teddy, parece un hombre incapaz de hacer su papel de cabeza de familia.
Y tras dar esta pincelada sobre la novela, sigamos con la parte divertida, que es todo lo demás. En primer lugar conocemos a la familia: Teddy, el padre de familia, no tiene más poder que el del engaño. Además tiene bastante claro que si uno tiene poderes, poco logra, pero si hace un buen truco... eso ya es otra cosa. Los que sí tienen poderes, son el resto de su familia. Desde su esposa, a la que conoció en un curso experimental sobre telequinesis, y que es capaz de adivinar cada uno de sus pensamientos, hasta sus hijos: Irene, es capaz de detectar la mentira, Frankie mueve objetos con la mente y Buddy es capaz de ver el futuro. Si ahora os estáis preguntando por Matty, que es quien protagoniza el fragmento puesto, os diré que Matty es el hijo de Irene, y que es capaz de salir de su cuerpo. El problema es que le sucede cuando se excita, y eso a los catorce años puede ser un problema.
Con estos personajes, la novela es todo menos habitual. De hecho, si me preguntáseis ahora y siendo sincera, os diría que es una saga familiar en la que vemos algo del Chicago de la época, mezclado con una comedia de enredo al uso y que está dirigida por unos personajes tan carismáticos, que de no ser por la habilidad del autor, se hubieran comido la historia. Y todo ello, escrito con la habilidad suficiente como para que el lector disfrute de esta insólita trama sin importar si le atraen o no las historias de superpoderes. Porque este libro es mucho más.
En primer lugar imaginad la familia, es totalmente disfuncional. Hay un proyecto secreto del gobierno desde el primer momento en la historia, ya que es así como se conocen los padres de la familia. Además, si la madre muere e Irene se hace cargo de todos ellos, comprenderéis lo complicado que puede ser tratar con alguien a quien no se puede mentir. Teddy conocía también los peores fondos, a los cuales su hijo Frankie ahora debe dinero, pero como buen hijo, maquina y llega a la conclusión de que tal vez los poderes de Mattie le puedan echar una mano. Y Buddy... bueno, Buddy es genial, siempre realizando algún tipo de reforma, y siempre sin decir nada, no vaya a ser que sus palabras cambien algo del futuro... o del presente... o de la realidad o visión que esté teniendo o haya tenido. No siempre lo tiene todo tan claro como debería en ese sentido.
La novela abre mientras nos acercamos al 4 de septiembre, y nos va dando las distintas visiones mezcladas con recuerdos, de los personajes. De este modo viviremos los primeros momentos de la pareja, el programa de éxito y también la caída en desgracia. Y nos preguntaremos por ese cuatro de septiembre mientras vigilamos o no a quien puede saberlo de antemano. A todo esto hay que sumarle historias de amor, frustrado o no, conspiraciones, gobierno, rusos, engaños, familia, mafia... y quizás os empecéis a hacer una idea del libro que hoy os estoy presentando.
Los Telemacus, propensos al error de elección, son una familia entrañable a la que es imposible no coger cariño. Sus vivencias, más allá de la gracia, tienen una segunda lectura un tanto más satírica y su historia, que en el fondo es menos disparatada de lo que uno podría esperar, no decae en ningún momento. El autor procura controlar en todo momento hasta qué punto abusa o no de las rarezas familiares y logra un equilibrio que hace que el lector se sienta cómodo. no me cabe duda de que para lograr todo eso, la novela ha debido de ser un verdadero quebradero de cabeza, y no me extraña por ello que la propia Maureen haya tenido que colaborar enviando alguna carta al autor, pero cuando uno lee la historia, no tiene la sensación de enfarrangarse en ningún momento. Al contrario.
La extraordinaria familia Telemacus es una novela fresca, divertida y diferente de la que he disfrutado mucho. Con unos personajes únicos y un desarrollo impecable consigue que cerremos el libro satisfechos y también, por qué no decirlo, que nos de un poco de pena tener que despedirnos de los miembros de esta familia. No dejéis de conocerlos.
Y vosotros, ¿os habéis acercado a algún libro simplemente por lo bonito que era?
Gracias.