Revista Sociedad

La fábrica de nubes

Publicado el 23 febrero 2016 por Jas

La fábrica de nubes

Central térmica de Soto de la Ribera, junto a Oviedo (Asturias)


Contemplé este paisaje con gran frecuencia cuando, coincidiendo con mi residencia en el Principado, había de dirigirme a o venir de la meseta. Nunca me pasó desapercibido, en muchos años y a pesar de mis posibles abstracciones, siempre me sacudió la tranquilidad y espoleó el humor, las más de las veces el mal humor, aunque admito que en un par de excepciones me invitó al jocoso divertimento de recordar el tan candente victimismo de los fumadores pasivos.

Y así fue, viaje tras viaje: ver este paisaje era para mí como recibir cien patadas; cincuenta en mi más que ajeado carnet infantil de boy scout, otras cincuenta en la autoestima y la autoconsideración de mi verde-rojizo pasado de adolescente.

Mas un día todo cambió; la columna de humo comenzó, desde ese momento, a dibujarme la simpatía de una sonrisa en la cara. El cambio lo motivó el que me contasen una anécdota, ocurrida años antes, una anécdota que siempre recordé después, al pasar por las inmediaciones.

"Nuestra amiga Clara conducía su coche; en el asiento de atrás iba su hijo Ángel, quien al ver chimenea de tamañas proporciones no pudo, probablemente tampoco quiso ni sabría, reprimir la curiosidad tan propia de su entonces tierna edad.

- "Mami, qué es eso?" -preguntó sorprendido y señalando con el dedo.
- "Eso?... Es la fábrica de nubes, hijo mío".


ERASE UNA VEZ, UN JARDINGeorges MoustakiEs una canción para los jóvenesQue nacen y viven entre el aceroEl betún y el asfaltoY que probablemente nunca lleguen a saberQue la tierra fue un jardínErase una vez un jardín al que llamábamos la tierraBrillaba al sol como una fruta prohibidaNo, no era el paraíso, ni tampoco el infiernoNi nada que ya hubiésemos visto u oídoUn jardín, una casa, árbolesCon una cama de musgo para amarseY un riachuelo que corría, sin una olaQue venía a refrescar, para seguir su cursoErase un jardín tan grande como todo un valleTenía suficientes alimentos para todo el añoSobre la tierra cálida o sobre la helada hierbaY flores que aún no tenían nombresErase un jardín al que llamábamos la tierraEra lo suficientemente grande para millares de niñosEstaba habitado, antaño, por nuestros abuelosQuienes a su vez lo heredaron de sus ancestrosAdónde está ese jardín en el que hubiésemos nacido. En el que hubiésemos vivido, desnudos?Adónde ese hogar con las puertas abiertas?Esa casa que busco y que aún no encontré?EXTRAS DEL POST
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