La industria discográfica con su modelo de negocio basado en grabar y vender discos, se vino abajo con la llegada de los medios digitales. Por un lado la mayoría de los consumidores prefería la descargar de MP3 a la tradicional comprar en tiendas especializadas. Por otro, algunos artistas comenzaron a grabar y producir sus discos por cuenta propia. Algo similar está sucediendo con la industria del diseño, pequeños cambios que poco a poco pueden transformar las bases de un negocio muy asentado.
A principios de la pasada década, los FAB LAB (Laboratorios de Fabricación) iniciaron la revolución digital de la fabricación de la mano de Neil Gershenfeld. Su pretensión era favorecer la creatividad de los individuos proporcionándoles herramientas necesarias para la fabricación autónoma. Esta iniciativa ha acercado a los usuarios técnicas que solo estaban al alcance de las grandes compañías, lo que ha provocando un cambio en la forma de ver la producción a pequeña escala. De los 50 centros que existen en el mundo 4 están en España, y la cifra no para de crecer.
Hoy día montar un FAB LAB puede costar entorno a 50.000 €, pero en pocos años podremos fabricar casi cualquier cosa conectando nuestra computadora a un pequeño periférico. Quizá la idea pueda resultar peregrina, pero los avances de los últimos años hacen que algunos hagan declaraciones optimistas, mientras otros se embarcan en ambiciosos proyectos.
Los neocelandeses de Ponoko han sabido aprovechar la oportunidad creando una plataforma online que ofrece servicios FAB LAB. Su objetivo es cambiar la forma en la que las cosas se diseñan, se fabrican y se distribuyen. Ésta es su metodología: tú diseñas y seleccionas el material, días después recibes en tu casa tu set de montaje o impresión en 3d. Además, su tienda online te permite compartir y vender tus propios diseños.
Durante el pasado Salón del Mueble de Milán la compañía holandesa Droog se unía a esta revolución con la presentación del proyecto “Design for download”, que estará disponible a finales de este año. La idea es ofrecer al usuario medio la posibilidad de personalizar sus diseños online, para luego descargar instrucciones y planos que posibiliten su fabricación local. Y es que, como ellos mismos apuntan “Cualquiera puede construirlo, en cualquier momento, en cualquier sitio”.
¿Qué resultados tendrán estas iniciativas a medio y largo plazo? Por el momento los interesados en cambiar la forma de concebir el diseño de productos siguen en aumento, y de esta manera el movimiento DIY (Hágalo Usted Mismo) se desprende de la etiqueta contracultura para vestirse de tendencia.
Artículo publicado en M\A\S\G\A\L\I\C\I\A\ Galician + Spanish New Culture \ N.01