Tras considerar cada una de estas invitaciones, el Ornitorrinco los convocó a todos y les dijo: “Amigos, me honrar sus deseos de contarme entre sus filas, pero aunque coincido con ustedes en alguna actividad; al final del día ni soy mamífero, ni soy ave, ni soy pez y, tratar de vivir como uno de ustedes sería traicionar lo que soy y, sé con certeza que no podría ser feliz viviendo a su manera”.
Moraleja: nunca podremos ser más felices que cuando somos nosotros mismos

