Revista España
Hace unos años publicamos en este blog la fachada de este edificio cuando era un inmueble en ruinas y dominado por los okupas que lo habitaban a sus anchas.
Recientemente este mismo edificio ha sido abierto al público con todas las bendiciones com un hotel boutique en pleno centro de nuestra ciudad, incrementando el número de habitaciones de alto standing en Sevilla, el hotel "Casa de Indias", y reflotando parte de la historia de la Sevilla de los últimos quinientos años.
La cuidadosa rehabilitación ha permitido poner en servicio un inmueble histórico de estilo regionalista que guarda entre sus muros más de cuatro años de historia. Testigos de aquel pasado quedan arcos, escaleras, muros de ladrillo y artesonados que la obra ha dejado al descubierto y que sus propietarios han incorporado al diseño.
Cuando decimos que este nuevo hotel boutique se encuentra en una de las construcciones con más historia de la capital andaluza, poco nos equivocamos.
Su vida se remonta hasta el año 1521 con la fundación, de la mano de Teresa de Zúñiga, del convento Regina Angelorum, regentado por monjas dominicas. Un total de 12 monjas y una abadesa ocupaban estas instalaciones hasta que, nueve años después, tuvieron que abandonarlas por falta de medios.
Tras la marcha de las hermanas dominicas, el convento se convirtió en la residencia de un grupo de frailes de la misma orden. Sus huellas, de hecho, todavía se conservan en algunas de las esquinas del que ahora es el hotel Casa de Indias.
Este edificio, por tanto, fue cobijo religioso hasta que los franceses invadieron la ciudad en 1810. Desde ese momento, el famoso convento fue exclaustrado y empleado como cuartel por los militares del país vecino. Sin embargo, después de la expulsión de los galos, los dominicos recuperaron lo que fue suyo.
Poco les duró la alegría. Concretamente, hasta la desamortización de 1835. A partir de entonces, este edificio, que ya acumulaba tres siglos de historia, fue una sombrerería, almacenes y hasta casas de los más pudientes de Sevilla.
A pesar de ello, la iglesia que aquí se encontraba se mantuvo como templo para los católicos. Y ella también hizo historia, pues albergó el cuadro de La Virgen con fray Lauterio del reconocido pintor Murillo, obra que, hoy en día, está en el Museo Fitzwilliam de Cambridge (El Fitzwilliam Museum es un museo de arte y antigüedades ubicado en Cambridge perteneciente a la Universidad. Ocupa un edificio de estilo neoclásico en la calle Trumpington Street).
El Convento de Regina Angelorum jugó un papel importante en la historia de la Iglesia y de la ciudad, pues fue donde se originó y organizó la lucha contra la implantación contra el "el dogma de la concepción inmaculada de Maria", de ahí que entendamos que Sevilla es la ciudad mariana por excelencia no en España, sino en el Mundo.
En el Convento se establecía una Hermandad ya extinta, la del Santo Crucifijo, y su riqueza era mas que considerable, con obras de Roldan o Murillo. Pero sin duda había una capilla dentro del Convento que llamaba en sobre manera la atención, y era la Capilla de los Maestrantes, de la Virgen del Rosario. Pensemos que el Convento paso por todos los calvarios que sufrió la ciudad, es decir, por el feroz ataque y desvalijamiento a mano de los franceses y luego por el abandono provocado por la desamortización por lo que poco, muy poco quedaba ya por salvar, y ese poco esta hoy en día en la Maestranza.
Una vez cerrado el Convento, los Maestrantes cogieron todo lo que pudieron de su capilla, y se lo llevaron a la Maestranza de Sevilla, a la Plaza de Toros. Allí se había levantado una impresionante capilla diseñada por Anibal Gonzalez, y fue allí donde se le volvió a dar culto a la virgen del Rosario.
Con parte del viejo altar se construyo el actual, y en el centro está aquella virgen que tallara Pedro Roldán. También se trajeron el cerramiento que protegía la capilla en el Convento, cerramiento que fue colocado en la Puerta del Príncipe de la Maestranza.
El valor añadido de esa puerta es que el dibujo esta atribuido también a Pedro Roldan, lo cual no sería de extrañar viendo la calidad y riqueza de la misma. Por ultimo, justo antes de su derribo solo quedaba por salvar los azulejos que servían de zócalo a todo el interior de la iglesia, los cuales podemos contemplar hoy en día en el Museo de Bellas Artes de Sevilla decorando varias galerías.
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