La facturación neta de la música en vivo en los primeros doce meses tras la subida del IVA cultural –entre septiembre de 2012 y agosto de 2013- cayó en 59,1 millones de euros hasta situarse en 147,4 millones, un 28,63 por ciento menos respecto a las cifras del mismo periodo del año anterior.
Los efectos de la medida se notaron especialmente en junio y agosto de 2013, cuando la facturación cayó hasta un 63,5% y un 51,7% respectivamente. Así lo refleja el ‘V Anuario de la Música en Vivo’, que ha presentado este martes la Asociación de Promotores Musicales (APM), en un acto en el que ha aprovechado para reclamar la bajda del IVA para la cultura.
El presidente de la APM, Pascual Egea, ha remarcado que el Estado ha aumentado su recaudación en 13,3 millones de euros gracias a la subida del IVA cultural, pero las pérdidas de ingreso por desaparición de la actividad han llegado a los 42,3 millones de euros.
Aún así, el presidente de la APM ha considerado que el sector ha sabido adaptarse a la situación de crisis acertando en la programación. “Cada vez se hacen menos conciertos, pero es cierto que los que se hacen funcionan”, ha admitido.
Por su parte, el vocal de la junta de la APM, Carlos Espinosa, ha asegurado que la reactivación del sector pasa por volver a dinamizar el consumo: “La música no es una prioridad para la población y, además, no hemos creado una cultura de consumo que lleve a la gente a valorar el precio de una entrada”.
La subida del IVA dificultó la llegada de artistas internacionales. Algunos, como Leonard Cohen o Robbie Williams, pasaron por Europa sin parada por España, mientras que otros como Bruce Springsteen limitaron su paso por el país a un único concierto. El caso paradigmático es el de Bon Jovi, que renunciaron a su caché para actuar en el Vicente Calderón. “Estamos perdiendo la oportunidad de traer a artistas internacionales porque los números no salen”, ha asegurado Egea.
Por otro lado, la APM destaca que, a pesar de la situación vivida en 2013, el sector sigue en marcha y con propuestas que siguen funcionando y generando valor económico, ya sea desde la organización de conciertos o de festivales. En 2012 fue Primavera Sound quien cifró en 65 millones de euros el impacto económico del festival sobre la ciudad. En 2013, el SOS 4.8 reunió a 90.000 personas que gastaron 6,4 millones de euros. El festival murciano tuvo un impacto de 14 millones de euros en la región.