Algunos argumentos que se lanzan contra las entidades que han asistido a la cumbre del “Dret a Decidir” es que con la crisis que hay ¿cómo tantas entidades se dedican a esto del “Dret a Decidir”?, deberían estar preocupadas por los recortes, los desahucios y la crisis.
Curiosamente un buen número de entidades (la confederación de asociaciones de vecinos, la mesa del Tercer Sector o los sindicatos UGT y CCOO) que han asistido a la cumbre del Dret a Decidir, forman parte de la plataforma “Prou Retallades” que lleva años enfrentándose a los recortes de la Generalitat y otras administraciones, también forman parte del grupo impulsor de la ILP hipotecaria, y los dos últimos forman parte de diversas mesas como la del Pacto “Más Indústria” que intentan atajar como buenamente se puede los efectos de la crisis.
El resto de entidades que han asisitido a la cumbre por el Dret a Decidir también se dedican a otros problemas, como la Federación de asociaciones de gent gran o la de entidades LGTB, o las patronales de la pequeña y mediana empresa PIMEC.
Esta falacia es curiosa, porqué obvia que las personas, las instituciones e incluso las naciones pueden afrontar muchos problemas a la vez y afrontarlos. Los padres con un niño con una enfermedad terminal también limpian el hogar, compran alimentos y tienen o buscan un empleo, igualmente los sindicatos son capaces de negociar convenios, hacer afiliados, atender los miles de trabajadores con problemas a los que se dirigen a ellos, hacer webs sindicales, o ir a reuniones con el President Mas o con la coordinadora de desempleados. Las instituciones de un país que tiene una crisis profunda puede dedicar sus prioridades políticas a ello pero no se deja de perseguir los delitos, se deja de un lado la defensa nacional o se mantienen las infrastructuras.