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La falla de diseño que convirtió al Note 7 en una granada de mano

Publicado el 06 diciembre 2016 por Jesús Jiménez @zonageeknet
La falla de diseño que convirtió al Note 7 en una granada de mano

Esta es la historia de cuando la ambición nos ciega tanto que omitimos hasta los principios más básicos del diseño. ¿Pudo ser evitado? Sean ustedes los jueces.

Llevamos rato escuchando la infame historia del terminal de la sur coreana Samsung y como los Galaxy Note 7 misteriosamente estallaban. Las baterías de estos ardían en llamas sin razón aparente.

Muchas medidas se tomaron, pero al final, Samsung decidió que lo mejor era cancelar completamente la línea de producción, e inclusive recoger todos los dispositivos que habían sido vendidos a nivel mundial. Algunos países hasta tomaron la radical decisión de bloquearlo a nivel de los operadores para obligar a las personas a devolver el dispositivo o simplemente quedarse como un pisapapeles muy costoso.

Para este mes, se supone que Samsung debería emitir un comunicado en donde detallaría el fallo que ocasionaba que los terminales explotasen. Pero los ingenieros de Instrumental se les han adelantado y despiezaron un Galaxy Note 7 en busca del "pequeño" problema.

Lo que han descubierto es, por demás, impresionante. No porque sea un misterio de la ciencia o algo similar, sino porque es una falla tan básica en el diseño, que los ingenieros de Instrumental suponen que Samsung ya lo sabía y decidió correr el riesgo.

El Note 7 usa una batería de polímero de litio. Básicamente es una capa hecha de óxido de cobalto de litio que sería la capa positiva, una capa de grafito que sería la negativa y dos capas separadoras electrolíticas hechas de polímero. Estas capas, permiten que la energía fluya entre las capas positiva y negativa, sin permitir que estas se toquen. Si llegaran a tocarse, esto ocasionaría que la energía fluya directamente en el electrolito, calentándolo, lo que crearía una reacción en cadena haciendo circular más energía que produciría más calor y que, por razones obvias, terminaría en fuegos artificiales.

El uso normal del dispositivo provoca presión en las capas separadoras, y si estas no son lo suficientemente gruesas, se puede producir un contacto entre el ánodo y el cátodo, produciendo la reacción que acabamos de describir.

Aparentemente, los parámetros de fabricación establecidos por Samsung, hizo que tomaran un riesgo muy alto, al tratar de fabricar el dispositivo más delgado del mercado. De hecho, simplemente con hacer una batería más pequeña, hubiesen resuelto el problema de las explosiones, pero, obviamente, habrían mermado el tiempo de uso del dispositivo, inclusive por debajo del Note 5. Pero los ingenieros de Samsung decidieron correr el riesgo, así que se idearon formas de proteger la batería dentro del dispositivo para evitar accidentes, pero, obviamente, no fue suficiente.

Otro de los detalles que notó la gente de Instrumental fue que el compartimiento en el que reposaba la batería también fue reducido deliberadamente para ahorrar espacio en el dispositivo. Según informan, las baterías en sus procesos de carga y descarga se hinchan un poco debido a procesos químicos internos. Según los estándares de diseño, es necesario dejar un 10% de holgura para la batería, pues, con el tiempo, esta se expandirá ese espacio. La batería debía haber dispuesto de un techo equivalente al 10% del grosor de la misma, es decir, 0,5 mm, para poder dilatarse, pero en Instrumental encontraron que la batería más el adhesivo ocupaban 5,2 mm, que era el mismo espacio dispuesto para la batería.

Quizás la ambición llevó a Samsung a tomar esta decisión arriesgada o quizás este fue el resultado de un intento fallido de revolucionar el mercado. Cuando llevamos el diseño al límite, ocurren este tipo de cosas. Es por esto que se realizan muchísimas pruebas antes de lanzar un producto al mercado. Es probable que el error de Samsung fue no haber probado lo suficiente.

Recuerden dejar sus comentarios, alimentan el debate y nos ayudan a mejorar.

Fuente: Instrumental


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