No nos cansamos de repetir que lo mejor para que los hijos crezcan y logren un desarrollo cognitivo, psicológico, conductual y emocional sano y adecuado, es que se sepan seguros del cariño y la atención de sus padres, que tengan un clima comunicativo y abierto en casa y un buen ejemplo a seguir de los que son su referente.
El problema está en que hoy en día el tiempo para dedicar a la familia escasea, las obligaciones laborales y las cargadas agendas escolares hacen muy difícil encontrar un hueco para compartir en familia.
Los abuelos, educadores o cuidadores acaban siendo el referente para los niños. La imagen de los padres se desdibuja y estos a su vez se sienten culpables e intentan compensar a sus hijos con sustitutos en forma de regalos o premios que no son lo que el niño necesita.
Horas de trabajo vs horas de familia
La respuesta a esta falta de tiempo sería muy sencilla, dedicarles más. La cuestión es que esto implicaría renunciar a una mayor proyección profesional, a horas de trabajo o al trabajo incluso, y no todas las familias están en condiciones de realizar este esfuerzo. Pese a todo, en cada caso se deberían estudiar las circunstancias familiares y económicas, quizá se pueda renunciar a alguna tarde o tener libres los fines de semana. Hay también otras formas de encontrar tiempo, si la agenda está muy apretada se puede renunciar a un día de gimnasio, por ejemplo. Lo importante es intentar sacar esas horas de más que se necesitan. Pensemos que la infancia de nuestros hijos pasa volando y que todo el tiempo que pasemos con ellos será beneficioso para su desarrollo, un pequeño sacrificio nuestro significará mucho para sus vidas.
Esta búsqueda de tiempo se puede plasmar en pequeños detalles que aun así los niños agradecen mucho. Quizá solo por salir diez minutos antes del trabajo podamos recogerlo de clase y mantener con él una agradable charla de vuelta a casa que luego quizá sea imposible. En los casos en que el tiempo escasea no se trata tanto de cantidad como de calidad.
Aprovechar bien el tiempo en familia
Si el tiempo es limitado de lo que se trata es de aprovecharlo bien. Esto cuesta mucho, llegar a casa después de una dura jornada laboral y tener que bregar con los niños en lugar de sentarse en el sofá requiere un esfuerzo, pero es un esfuerzo que se debe hacer para que nuestros hijos crezcan seguros y felices. Según nuestros horarios podemos ayudarles con los deberes, estar con ellos mientras cenan, compartir la hora del baño o leerles un cuento. No importa que los minutos sean limitados mientras sea un tiempo bien aprovechado. Seguro que ellos esperan con impaciencia que llegue esa hora en la que hablan con mamá o se bañan con papá.
Además de estos pequeños momentos se trata también de aprovechar fines de semana y días libres. Se pueden planificar actividades en común para toda la familia, una excursión al campo, una salida al zoo, salir de compras o simplemente una partida a algún juego. Son formas variadas de buscar esa complicidad con nuestros hijos y disfrutar de la experiencia.