Pero en algún momento, mi mamá y su novio dejaron de estar bien, y él se marchó. Recuerdo que a diferencia de la anterior, esa separación me dolió mucho, pues creía (y tenía razón) que a diferencia de mi papá, él saldría de mi vida para siempre, y yo recuerdo que lo quería muchísimo. Pero al poco tiempo creo, mi mamá conoció a E. y él entró en nuestras vidas, yse ganó mi cariño muy pronto.
E. me consentía muchísimo, me trataba como a una hija, y también trabajaba con mi mamá, así que me parecía que la cuidaba mucho a ella también. La verdad no sé bien que edad tenía en este momento, los años en la escuela iban pasando, conocí nuevas amigas y amigos que también se hicieron muy cercanos, y mi vida transcurría feliz, a E. le decía papá igual que a mi propio padre, y salía con él a las luchas, al fútbol, a nadar y en algunas ocasiones incluso coincidía con mi papá en los paseos familiares sin que fuera un motivo de disputa. Esa época fue maravillosa, en la escuela eramos como una gran familia, la mayoría de los papás se llevaban bien entre ellos y con los maestros y eran muy participativos, haciamos fiestas, paseos, festivales, campamentos. Las obras de teatro eran frecuentes, y a partir de tercero, cada día de muertos representábamos el Don Juan tenorio.
En el 88, México sufrió uno de los fraudes más grandes de la historia, la presidencia le fue arrebatada a Cuautémoc Cárdenas, para dar paso al presidente orejón, yo no entendía mucho de política, pero hablábamos bastante de ella, era una especie de Mafalda, y es que mi mamá siempre estuvo metida ahí, parte de mi vida entonces era acompañarla a reuniones, marchas, repartir volantes, pegar letreros y gran parte de la campaña política. No sirvió, el señor Salinas subió al poder, y los pobres nos quedamos como siempre. Los 80´s desaparecían lentamente, mientras mi mamá nos anunciaba la gran noticia, tendría un hermano.



