La semana pasada, la Comisión de Desarrollo Social de la ONU reconoció el papel de la familia como la unidad
natural y fundamental de la sociedad. Finalizó su sesión anual aprobando
una resolución que analiza el Año Internacional de la Familia a
celebrarse en 2014, la cual subraya la importancia de la familia para el
desarrollo social.
Patrocinada por Catar, la resolución invita a los estados miembros y a
las entidades de la ONU a realizar «acciones concertadas para
fortalecer las políticas y los programas centrados en la familia como
parte de un enfoque integrado y exhaustivo del desarrollo». Asimismo, reconoce que la familia «tiene la responsabilidad
primaria de educar y proteger a los niños y que estos, en pos del
desarrollo pleno y armonioso de su personalidad, deberían crecer en un
ambiente familiar y en una atmósfera de felicidad, amor y comprensión».
Claro que no todos los estados miembros de la ONU estuvieron contentos
con la resolución. En diciembre, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos
intentaron precisar la palabra «familia» expresando que «existen varias
formas de familia» en una resolución de la Asamblea General, al
analizarse el Año Internacional de la Familia. El grupo de los 77 y
China (bloque de votación de 126 miembros del mundo en desarrollo)
rechazaron el nuevo lenguaje por innecesario.
La Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos la ONU estipulan que «la
familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad». Ambos
mencionan el «derecho a casarse y fundar una familia» en referencia a la
unión de un hombre y una mujer, y excluyen la noción de familia con
padres del mismo sexo.
En la ONU, como en tantos sitios, mientras se habla de familia todos los Estados parecen mantenerse de acuerdo; pero cuando se comienza a teorizar sobre distintos tipos de familia surgen las desaveniencias. Se pueden respetar los derechos de todas las personas, independientemente de sus inclinaciones sexuales, y al mismo tiempo reconocer la realidad de las cosas y de las instituciones.
Mons. Paglia, representante de la Sante Sede, que sonrió de manera contagiosa durante la
reunión, observó con optimismo que pese a los «ataques» de las
corrientes culturales recientes, la familia «es lo primero en los
corazones de los pueblos del mundo, y estudios muestran que la gran
mayoría de los jóvenes espera gustosamente el matrimonio como unión fiel
de por vida con su esposo o esposa». Afirmó que la familia como la
unión entre un hombre y una mujer es una «simple realidad».