Revista Cine
Cada día vivimos rodeados por miles de impactos publicitarios. Las marcas prosiguen en la búsqueda de nuevas formas de acercarse a nosotros para vender, sin embargo los estudios demuestran que hacemos más caso a nuestros iguales que a una marca, damos más importancia al boca a boca que a un mensaje comercial, pero ¿podemos fiarnos de nuestros iguales? ¿hasta dónde están las marcas dispuestas a llegar? Este fin de semana he descubierto la respuesta.
La Familia Jones (2009) nos revela una realidad, que puede llegar a asustarnos, a través de una comedia en la que nada es lo que parece ser, Kate Jones (Demi Moore) y Steve Jones (David Duchovny) forman la perfecta familia, viven el sueño americano juntos a sus hijos adolescentes Jenn (Amber Heard) y Mick (Ben Hollingsworth), al menos eso pensaban sus nuevos vecinos. En realidad, el único vínculo que une a los miembros de esta familia es el de una agencia que los ha contratado con el objetivo de crear tendencias y vender ese sueño americano entre los habitantes de una comunidad muy selecta.
Con una técnica totalmente refinada y casi sin darnos cuenta, los productos y las marcas se suceden a lo largo de la película creando necesidades y expectativas que deben ser cubiertas, aunque sea a costa de vivir por encima de sus posibilidades. La sed de popularidad y prestigio lleva a muchos de los vecinos a seguir o simplemente dejarse llevar por las recomendaciones de esta aparente familia de buena reputación. El director Derrick Borte se permite hasta el lujo de burlarse de otras técnicas de venta más tradicionales y menos efectivas. Antes que seguir desgranando más detalles de esta película os recomiendo verla.