La semana pasada el diario El Mundo publicaba que la industria farmacéutica “está muy preocupada por las consecuencias de las políticas de precios de fármacos y reembolso que se están aplicando en la Unión Europea“. Éste es el mensaje que el lobby farmacéutico ha transmitido por carta a la Comisión Europea, -el gobierno de facto de los europeos- de la que esperan algún tipo de respuesta para proteger el sector. Los gobiernos europeos, los españoles incluidos -el anterior y este- han bajado los precios de los fármacos con diversas medidas (de manera contradictoria también nos hacen pagar más por ellos, léase copago).
Contrasta los lamentos de la industria europea con la noticia de que la segunda multinacional farmacéutica del mundo, británica por más señas, GlaxoSmithKline (GSK) se ha declarado culpable del fraude más grande a la salud que ha enfrentado la población estadounidense y ha aceptado pagar tres billones de dólares por violaciones de la ley en el etiquetado, marketing y divulgación de efectos adversos y precios de ciertos medicamentos.
El gigante farmacéutico tendra que pagar por el marketing para usos no autorizados de los antidepresivos Paxil (paroxetina) y Wellbutrin (bupropion), incluyendo multas por etiquetado fraudulento y por uso ilegal de fondos públicos para el pago de sobornos a médicos. Otra gran parte de la multa es por ocultar los efectos adversos del antidiabético Avandia (rosiglitazona), que causó numerosas victimas en todo el mundo y por declaraciones falsas sobre su eficacia y seguridad. La compañía también pagará por fraude en el reporte de precios al sistema de seguridad social para los ciudadanos de bajos recursos (Medicaid).
La casa farmacéutica ha reconocido sus “errores”. Y si esto lo hace esta farmacéutica en Estados Unidos (EE.UU.) ¿lo hará también en España? Y si lo hace una -bueno, también sabemos que la Agencia Europea de Medicamentos investiga a Roche por si ha ocultado más de 15.000 muertes por sus medicamentos sólo en EE.UU.- ¿lo harán otras empresas?