1. La desigualdad económica y política, de dinero y de poder, es cada vez mayor. Ahora las personas tienen menos poder de decisión que en otros periodos de nuestra historia, por muchos blogs, gadgets y medicinas que tengamos a modo compensatorio. Conforme nuestros asentamientos se han ido haciendo más grandes y más complejos, desde los cazadores-recolectores pasando por los agricultores-ganaderos hasta hoy, la voz política del individuo ha ido perdiendo fuerza e independencia (véase el número de Dunbar). No es cuestión de volver a ser “como antes”, sino de reconstruir el "sistema", sea lo que sea eso, para hacerlo más compatible con nuestro entorno y con nuestra naturaleza. Se trata, en palabras de Sergio Espinosa, de "compensar o equilibrar un estado de cosas que ha tendido a reducir al hombre al vasallaje o a la esclavitud con las mismas herramientas con las que se confiaba en poder liberarlo". Pero una tarea como esa implica realizar grandes cambios estructurales y de actitudes que no pueden ni deben venir desde arriba, pues mucho poder corrompe y tiende a crear una dinámica insostenible y autodestructiva. Así pues y conjuntamente, debe denunciarse un tipo concreto de reduccionismo filosófico y un modo apresurado de ver la vida, muy habitual entre las personas llamadas "realistas", con consecuencias negativas para la vida en este planeta: el economicismo. Dicha idea o meme es una de las causas principales de la concentración de poder. Y viceversa: la concentración de poder, especialmente a través de los medios de comunicación de masas, es asimismo la causa de que esa idea esté tan integrada en nuestra cultura.
2. El necesario contacto con la naturaleza y la agricultura es cada vez menor. Necesario en un sentido psicológico, fisiológico, ecológico y filosófico. (+++++++++).
3. El desempleo, la pérdida de habilidades prácticas y múltiples y el sentimiento de inutilidad que padecemos hoy las personas es mayor que en cualquier época anterior. (+).
4. Cuanto mayores y más complejos son nuestros asentamientos, mayor parece ser nuestro estrés y menor nuestra felicidad. Por término medio, la vida en las ciudades es claramente más estresante que la vida en los pueblos. (++++).
5. Somos más autodestructivos que nunca. En el "primer mundo" ya no morimos de hambre sino de obesidad, malnutrición, suicidio, desigualdad, trastornos psicológicos, contaminación, tabaco, alcohol, accidentes de tráfico y otras causas de muerte prematura fácilmente evitables. Ahora somos pobres en otras cosas, pero seguimos siendo pobres. Hemos sustituido la escasez material por otros tipos de escasez. Tenemos más conocimiento técnico y mejores oportunidades que nuestros antepasados y sin embargo nos matamos con más facilidad que ellos. El progreso material, por sí solo, no nos va a dar lo que necesitamos, sino todo lo contrario.
6. El calentamiento global causado por nosotros mismos ya nos está matando y amenaza con hacerlo a mayor intensidad en las próximas décadas, empezando por las personas más pobres-vulnerables.
7. Los desastres humano-naturales van en aumento.
8. Estamos agotando la mayor fuente de energía y de riqueza conocida que es el petróleo, a excepción de la "energía" humana. Las energías fósiles y nucleares escasearán y las energías renovables no bastarán para satisfacer la demanda actual de energía. El decrecimiento selectivo o "descenso energético" es tanto inevitable como deseable. (++++++++).
9. Los suelos de los cultivos son cada vez menos ricos en minerales y la comida es cada vez menos nutritiva. (Revista Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas, nº 5, pág. 21).
10. En términos absolutos, el número de personas hambrientas en el mundo ha aumentado con respecto a décadas, siglos y milenios anteriores. Ahora son más de 800 millones las personas que pasan hambre, mientras que hace dos mil años el total de personas que habitaban el planeta era solamente de 200 millones.
11. Cada vez esclavizamos, oprimimos y matamos a más animales no humanos.
12. Millones de especies se extinguen por nuestro injusto modo de vida. La vida es cada vez menos diversa, lo cual es grave no solo para los animales no humanos que mueren en el proceso sino también para los humanos que dependemos de esos mismos animales y demás seres vivos para sobrevivir.
13. Los Estados, las empresas y las personas se endeudan cada vez más, aumentando de ese modo el riesgo de un colapso acelerado y traumático del sistema que nos mantiene y da de comer. (+++).
En conclusión, parto del punto de vista de que ni el progreso ni la decadencia son leyes inevitables de la Historia, ni de que ningún sistema político, civilización o cultura están garantizados para siempre. "El pan de cada día" nos lo tenemos que ganar cada día. Por lo tanto, creo en el progreso no como la fe ciega en el mañana que posterga la dicha y que convierte la técnica en ideología, sino como la creencia razonable que hace hincapié en la búsqueda del equilibrio, la autorrealización y el sentido de la vida aquí y ahora.
Para profundizar:
- La idea de progreso según diversos pensadores: Braulio Hornedo, Santiago Sánchez-Migallón, John Michael Greer, John Gray, Eisuke Sakakibara, la Wikipedia y el boletín de CF+S 37.
- Sobre el optimismo racional de Matt Ridley.
- Un adiós para los astronautas de Jorge Riechmann.
- El Angelus Novus de Klee.