Revista Cine
La felicidad conyugal (1859) es una joya de la literatura rusa que llegó a mis manos un Día del libro en forma de regalo de mi socia Marilú. A Tolstói ( 1828-1910) le bastan 173 páginas para hacer una radiografía profunda, reflexiva y veraz sobre el amor en sus distintas etapas. Y para ello da vida y voz, nada más y nada menos (está narrado en primera persona), que a una joven de 17 años, Masha. Tras la muerte de su madre, Masha se queda viviendo en su casa de la aldea (Pokróvskoe) con Katia, su institutriz de toda la vida, y con su hermana pequeña, Sonia. Casi nunca reciben visitas, solo las de Serguéi Mijáilich, un vecino cercano de 35 años, amigo del difunto padre de Masha, que lleva los documentos y gestiones relativas a la propiedad y herencia a raíz de la muerte de la madre de nuestra protagonista.
Pese a la diferencia de edad, Masha no puede evitar sentirse desconcertada ante la presencia de Serguéi. Poco a poco descubre que las pequeñas acciones cotidianas como educar a su hermana, tocar el piano, ayudar en casa o leer cobran un nuevo sentido. Hasta las pequeñas cosas parecen extraordinarias: se está enamorando. Serguéi no es indiferente a este sentimiento, pero le advierte sobre las consecuencias de la diferencia de edad entre ambos si deciden casarse. Su concepto de felicidad se encuentra en la tranquilidad de una vida sencilla en el campo, mientras que ella aún es muy joven y le queda mucho por vivir. Ella niega la posibilidad de que eso ocurra, pero lo cierto es que la rutina llegará a su vida, y con ella las ganas de descubrir qué hay más allá de la vida en la aldea. Llegará la curiosidad y las ganas de experiementar propias de una joven de su edad...
A partir de aquí, asistiremos a la evolución de la relación de ambos a lo largo de los años, cuando lo apasionado y lo febril da paso a la tranquilidad y el sosiego o al querer cosas distintas en la vida; los altibajos y las posibles crisis en el matrimonio, diversas etapas que el autor, en definitiva, describe con un estilo detallado, poético, elegante, realista, y en las que prefiero no profundizar, pues creo que es el lector quien debe hacerlo al acompañar a la protagonista a lo largo de su vida.
Decir que me ha gustado la lectura es quedarse corta. El tema de fondo, el amor y su forma de entenderlo, su evolución a lo largo de un matrimonio, la inexperiencia, la ilusión, la serenidad, la decepción o el conformismo que aflora a veces, son temas que siguen estando de actualidad y que el autor refleja con maestría. Para él no desaparece el amor, sino que se transforma: menos idílico, pero más maduro, según las circunstancias.
Considero que estamos ante una lectura imprescindible, a la que solo le pongo una pega, y son algunos errores de traducción con los que tropecé al comienzo del libro. Por lo demás...maravilloso, una obra maestra, y como este mes Cazando Estrellas ha cumplido siete años, os anuncio que habrá sorteo...