Me contaron el otro día, afecto por los calores infernales del mes de agosto (a mí me alteran las neuronas exageradamente hasta el punto de que estos meses me mudaría alegremente a Groenlandia con los Inuit) que todos tenemos por ahí una glándula llamada Timo. Pues mira tú por donde que esa cosa que yo no sabía que existía y que aún dudo que tenga escondida en alguno de esos rincones de este cuerpo desastrado, cubista incluso, que habito. El Timo tiene una función muy importante en el sistema inmunitario según los médicos y lo más curioso es que para los aficionados al Reiki es la glándula de la felicidad. Yo en cambio siempre había pensado que eso del timo se refería al de la estampita, las cartas nigerianas o los programas electorales a los que nos tienen acostumbrados, ignorante de mí.
Sorprende enterarse de que eso del timo no es sólo un engaño, ni siquiera lo que nos hace nuestro Gobierno todos los días para ocultar sus estafas, que también, resulta que el timo es una glándula endocrina que se encuentra entre el esternón y el corazón (quien lo tenga porque de algunos dudamos), se crea antes de nacer y va haciéndose más y más grande hasta la pubertad, vamos, que podríamos decir que la glándula de la felicidad crecería hasta que Montoro sabe de tu existencia y te llegan los primeros sablazos en forma de multas del Vespino, impuestos y estafas varias empezando a tocarte el timo, pero el otro, el de timar, desde ese momento nuestra glándula de la felicidad tendería a encoger. El timo cumple diversas funciones biológicas: estimular el crecimiento de los huesos, favorecer el desarrollo de las glándulas genitales y colaborar en la maduración de unos bichejos llamados Linfocitos T que son muy listos y muy importantes para el sistema inmunitario en el organismo.
Con la llegada de la madurez y con ella los agobios sin sentido a los que nos someten, y más hoy en día, suele comenzar su proceso de atrofiamiento ya que los médicos dicen que esto del Timo suele infiltrarse por células adiposas, llegando a desaparecer en algunos casos, acabando transformado en grasa, que algún ejemplar de reality show seguro que ha finiquitando en una liposucción, justo antes de proceder a la extracción de su cerebro para quitar unos gramos de más, total, para lo que lo usan. Fijo.
Según los alternativos, el Timo (en griego, ‘thýmos’, que viene a ser algo así como “energía vital”), conocido con el sobrenombre de “glándula de la felicidad”, regula las emociones y está directamente conectado a la conciencia, los sentimientos y el lenguaje. Crece cuando estamos alegres y encoge cuando estamos estresados o enfermos, vamos que hoy en día en España debemos tener el Timo microscópico, el microtimo colectivo Guiness de los Records.
Mi Reiki de cabecera me enseñó un ejercicio que puede contribuir a mantener el Timo activo, o activarlo en su defecto, consiste hacer dos veces al día (mañana y noche), unas 20 repeticiones de tres rítmicos golpecitos con los nudillos “a ritmo de vals”, así, uno fuerte dos flojitos.. 1,2,3 1,2,3. No hace falta transformarse en King Kong o aporrearse el pecho como Tarzán sobre la zona del Timo, situada como he dicho antes entre el corazón y el esternón.
Podemos creerlo o no, cada uno es libre de opinar lo que quiera sobre el asunto, lo cierto es que dedicar unos momentos al día a realizar este sencillo auto-masaje que todavía es gratis, siempre y cuando no te hundas la caja torácica (los hay muy brutos) y puede ser bueno, ahora que estamos medio aletargados con eso del verano, para relajarse y desconectar de los espantos cotidianos… que falta nos hace.
Cultura, tradiciones e historia de los Inuit