Benedicto XVI, en España, con el consentimiento y recibimiento del presidente, Rodríguez Zapatero.
En los días más calurosos del verano, la llegada del Papa a Madrid parece haber elevado la temperatura institucional de la Iglesia, mostrada gracias a las horas de emisión en directo de TVE y Telemadrid –48 horas en directo emitidas por siete unidades móviles y seis estaciones fijas, con 300 profesionales de la primera y 200 de la cadena controlada por Aguirre–. El seguimiento de la marcha laica quedó reducido a los noticiarios por considerarse una manifestación minoritaria. En cambio, el canal de la Conferencia Episcopal, 13tv, durante 11 días, remite información ininterrumpida de la JMJ, empleando un centenar de personas con sus 35 cámaras, tres unidades móviles y seis puntos de conexión en directo. Tanto en televisión, como en prensa y radio, el boato del Papa no tiene parangón con ningún otro acto emitido y los españoles terminaron más que hartos de tanta fiebre papista. A su servicio estuvo la misma Policía que ejerció con especial pasión y arbitrariedad el uso de la porra y saboteó la besada homosexual por irreverente. Ante ella, de nada sirve las denuncias de acoso policial durante la marcha laica o la de los anarcos en los días posteriores. Ni las protestas contra los gastos públicos de la visita papal. La tensión creada en la Puerta del Sol entre peregrinos, gritando –“Esta es la juventud del Papa”–, y laicos, contestando –“Esa mochila la he pagado yo”, y “Esta no es la juventud del Papa”– no tuvo el mismo trato por parte de la Policía.
El Papa saluda desde el escenario, en Cibeles, donde oficia la misa inaugural de la JMJ.
El portavoz del Vaticano calificó de “marginales” los incidentes. Pero nada dijo de otras provocaciones, como la de llenar el paseo de Coches, del Retiro, de confesionarios gigantes con curas y penitentes en los que también se sentó el mismo Papa, a un lado de las rejas, escuchando los pecados de cuatro confesos. O el reto del vía crucis en la Castellana, presidido por Benedicto XVI, quien intentó recuperar una España con cada vez más laicos, disminuida en creyentes y apenas con vocaciones –con conventos y seminarios vacíos–. El Ejecutivo confiaba en que el mensaje del Papa, que viajó como líder religioso, pero que fue recibido como auténtico jefe de Estado, tuviera un “carácter global”, sin centrarse en cuestiones políticas. Pero, en sus primeras declaraciones, a bordo del avión, el Papa ya criticó implícitamente el aborto y la eutanasia. Luego llegaron el resto de alusiones en sermones y amonestaciones. Los representantes políticos –Gobierno y oposición– le hicieron la corte, acudiendo en masa a recibirle e inclinando sus cabezas ante él. Y la España anarca no se achantó y le gritó sus cuatro verdades.
El equipo de campaña del candidato socialista a la presidencia se ha movilizado en las redes sociales, marcando las distancias con respecto a la postura del Gobierno ante la JMJ y, en especial, en los incidentes de los 'laicos' con los “peregrinos” durante la marcha 'antipapa'. Rubalcaba y su equipo son conscientes de que la única forma de evitar una debacle electoral el 20-N es cultivando el voto de los “indignados”, que llevan tiempo movilizándose contra la visita de Benedicto XVI y culpando al “Estado y al Gobierno” de financiar “con dinero público” la JMJ. Por ello, no es de extrañar el interés en desmarcarse de la postura oficial.
Martín Sagrera, un indignado anti-papa recibe un navajazo.
Y mientras el Papa campaba por sus respetos en su España misionera, las acusaciones contra los atentados físicos cometidos por parte de cristianos exaltados pasaron casi desapercibidas. Pero los hechos acusados sucedieron. Martín Sagrera, un jubilado español que paseaba la noche del sábado, 13 de agosto, fue uno de las primeras víctimas. A su paso por la calle Serrano, Martín llevaba una pancarta levantada en la que criticaba la visita del Papa a Madrid. Los comercios estaban abiertos y no había en la calle ni señal de los indignados. Pero, de pronto, Martín pidió auxilio. Un individuo con una pequeña navaja le había asaltado por detrás e intentó quitarse el cartel a la vez que le propinaba un navajazo que le hirió en un dedo al intentar defenderse. El agresor fue detenido por un policía de paisano. Martín fue atendido por el Samur y no entendía por qué le habían agredido. Él sólo expresaba su rechazo, no a la venida del Papa, sino al modo de cómo se realizaba. (Ver vídeo, al final). Por otra parte, en un comunicado, la Asamblea Popular del Barrio de las Letras 15 M, expresaba su negativa a la venida del Sumo Pontífice: “No tenemos nada en contra de la visita del Papa, pero sí en que esta sea financiada con dinero público, de todos, y en que afecte de manera salvaje la vida cotidiana de esta ciudad: cortes de calles, desvíos de tráfico, cierre de líneas de Metro y autobús, ocupación y/o cierres de plazas públicas (Sol), ocupación casi militar de nuestro Parque del Retiro, instalando en él 200 confesionarios. Entrada de gigantescos camiones a Sol que pueden afectar a la seguridad del techo de la estación de Metro y cercanías”…
José Alvano Pérez Bautista, un voluntario mexicano de las JMJ, de 24 años, que dejara varios mensajes en la página “La Voz Libre” (portal conservador y católico), en los que anunciaba su intención de “reventar” la marcha laica que se celebraba para protestar contra la visita del papa Benedicto XVI a Madrid, fue igualmente detenido el pasado martes. Los mensajes publicados decían: “Ánimo, compañeros, ya casi estamos listos. Las molotov ya están listas, ¿Quién será el valiente que arrojará una sobre la espalda de un maricón de mierda antipapa?”. Hablaba de sus planes y aseguraba poseer sustancias explosivas que enlazaba a páginas web con instrucciones para fabricar bombas caseras. Pérez Bautista se encontraba en España, estudiando en el Instituto de Química Orgánica General del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y pasó a disposición judicial. El joven alegó que su supuesto intento de atentar contra la manifestación laica en protesta por la visita del Papa Benedicto XVI era “una broma de mal gusto, una ficción y una invención”. El detenido dijo al juez que escribió esos mensajes porque pensó que “así lograría frenar las adhesiones a la manifestación”, celebrada el miércoles pasado, en protesta por el gasto público generado por la visita del pontífice.
Peregrinos en Madrid.
Tras interrogarle durante más de una hora, el magistrado le imputó un delito de amenazas contra un colectivo social o grupo de población por verter, en “La Voz Libre”, comentarios en los que, bajo el pseudónimo de 'Bagman69', animaba, entre otras cosas, a “matar homosexuales en nombre de Dios”. El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, le dejó en libertad con medidas cautelares. En su auto, el magistrado no aporta ningún dato sobre la posibilidad de que el detenido tuviera acceso a “gases asfixiantes”, como aseguraba el Cuerpo Nacional de Policía. En todo caso, atribuye al peregrino mexicano “un discurso de odio y de desprecio” contra las personas que iban a participar en la manifestación laica por “el contenido y contundencia, la firmeza, reiteración y dureza de sus términos”, así como por la utilización de conceptos químicos específicos que “denotan un conocimiento de lo que está hablando”. El juez señala que “más adelante” deberá valorar si las amenazas pueden ser enmarcadas en un delito de terrorismo, requisito indispensable para que la competencia continúe residiendo en la Audiencia Nacional y no se traslade a un juzgado ordinario
El peregrino mexicano realizaba labores de apoyo a los peregrinos en las instalaciones de IFEMA, lo que alertó sobre la posibilidad de que pudiera tener acceso a sustancias químicas peligrosas. Levantó sospechas por los comentarios de corte radical que el detenido colgaba en el foro de Internet, donde pedía “voluntarios” para su causa y detallaba las sustancias que contaba para llevar a cabo su plan. Así, el pasado 9 de agosto afirmaba que disponía de 200 litros de ácido clorhídrico y de unas 50 botellas de bromuro de bencilo con los que poder elaborar “una mezcla asfixiante”. Además, aseguró poder hacerse esa misma noche con “unos cuantos kilos” de gas cloro “para esparcirlo en ampollas de 100 mililitros”. El propio detenido habría subrayado su disponibilidad para conseguir dichos productos: “Soy trabajador de una importante industria farmacéutica en Madrid y puedo hacerme con suficientes sustancias peligrosas para boicotear las protestas antipapa”. Según sus comentarios, trató de reclutar a gente dispuesta a apoyarle en su objetivo, obteniendo respuestas afirmativas. A estos seguidores les facilitó un correo electrónico como contacto y les pidió que le facilitaran fertilizantes. “No queremos dinero, sólo traigan fertilizante, nafta, pólvora, cerillas o un mechero”, escribió en el último de sus comentarios, fechado el pasado 11 de agosto. En otro, el mexicano escribió lo siguiente: “Esta es mi lucha. A matar maricones y cualquier aberración antihumana durante sus manifestaciones en contra de la iglesia católica. Soy trabajador de una importante industria farmacéutica en Madrid y puedo hacerme de suficientes sustancias peligrosas para boicotear las protestas antipapa. El que se me quiera unir, contácteme. ¡Atentamente, yo! Posdata: Que se ‘vallan’ a chingar a su madre todos los putos maricones de mierda, asquerosas abominaciones, desechos de vida, errores de dios”.
El jueves y el viernes, los agentes de seguridad vuelven a actuar de forma desmesurada en las calles madrileñas. En una marcha contra la “brutalidad” de la carga de los antidisturbios, varios agentes se emplean con dureza contra los participantes en la protesta (ver video del final). R. G. Almazán resume en Kabila lo acaecido: “Ayer y anteayer la policía volvió a recordar la intervención de aquellos grises fascistas de triste memoria. Tremenda represión que nos vuelve a antaño, que nos retrotrae al NODO, mientras que los miembros de este gobierno “socialista” defienden a la policía, Pepiño, Jaúregui, todos a una, dicen que la policía actuó bien. España ha vuelto a estar en blanco y negro. Decían que en tiempos de Franco, los grises se drogaban para poder actuar de forma salvaje. ¡Qué decir de estos, ahora! Hemos retrocedido cincuenta años. Madrid ha vuelto a los sagrarios, los grises, las sotanas y la social. Una vergüenza que no se investigará. Y hoy no hay excusas para que no se investigue las actuaciones policiales, hay pruebas. Pero, lo que tampoco hay es vergüenza de un gobierno que mantiene en su puesto a Dolores Carrión. No me extrañaría que si se diera el ‘milagro Rubalcaba’, la nombraran ministra de Interior, para pagar sus desvelos por los peregrinos”. Interior termina por aceptar las denuncias y acepta investigar los “excesos policiales” contra los laicos, mientras el portavoz del Vaticano, Federico Lombardini minimiza los incidentes, calificándolos de “momentos desagradables puntuales”.
El jueves, mientras Benedicto XVI desfilaba ante un grupo de monjas, exaltadas por su presencia en El Escorial, nos enteramos de que una decena de organizaciones feministas y de homosexuales del País Vasco había presentado una denuncia contra el Papa, en la que solicitaban su detención “en territorio español” por “encubrimiento de pederastas de forma sistemática y organizada”. La denuncia, registrada el pasado día 11 ante el Juzgado de Guardia de San Sebastián, aludía a los casos de pederastia ocurridos en el seno de la Iglesia Católica y recordaba que “no existe inmunidad de los jefes de Estado sobre actos que representen crímenes de lesa humanidad”. El texto mencionaba que “cualquier tribunal puede ejercer la jurisdicción universal” sobre delitos como “los actos generalizados de tortura, abusos sexuales y encubrimiento de los mismos, apología de la misoginia, la homofobia y la persecución por motivos políticos, étnicos, de género o de orientación sexual”. El escrito exigía a las instituciones públicas que la Iglesia Católica “deje de recibir dinero público, que a sus agentes no se les permita acercarse a los menores de edad, y que su jerarquía sea investigada por posibles crímenes contra la humanidad”. Finalmente, la denuncia reclamaba que “se proceda a la detención e ingreso en prisión sin fianza” de Joseph Ratzinger “hasta la celebración del juicio donde se dicte sentencia conforme proceda en Derecho”.
En Cuatro Vientos, la tormenta se impuso sobre las palabras del Papa.
Llovió el sábado en Cuatro Vientos: tronó, sopló el vendaval contra cientos de miles de jóvenes –millón y medio, según la organización–que, a media tarde, soportaron 38 grados de temperatura. “Esto es un infierno”, comentaban muchos mientras los equipos de emergencia habían realizado, a las ocho de la tarde, 880 intervenciones y 24 traslados a hospitales por lipotimias, mareos, crisis de ansiedad y golpes de calor. Los trabajadores de Namur no daban abasto. “¿A quién se le ocurre organizar algo así en pleno agosto?”, se quejaba uno de ellos, mientras entraba y salía a empujones de uno de los barracones prefabricados, abarrotados, habilitados para la atención sanitaria. “Es una barbaridad. Nunca he visto tanto volumen de actuaciones en tan poco tiempo”. Luego, con la puesta del sol, se levantó una tormenta –algunos aseguraban que había sido adrede, para la ocasión, llevándose el viento por delante el solideo del papa y la cruz de las JMJ– que empapó a los peregrinos quienes comprobaron con temor cómo Benedicto XVI interrumpía su discurso y no podía continuar, quedándose sin las palabras que arremetían contra “la cultura relativista dominante”.
“Ser gobernado –escribe J. P. Proudhon, filósofo, político y revolucionario francés del siglo XIX– significa ser vigilado, inspeccionado, espiado, dirigido, legislado, reglamentado, encasillado, adoctrinado, sermoneado, fiscalizado, estimado, apreciado, censurado, mandado por seres que no tienen ni título, ni ciencia, ni la virtud. Ser gobernado significa, con motivo de cada operación, en cada transacción, ser anotado, registrado, censado, tarifado, timbrado, tallado, cotizado, patentado, licenciado, autorizado, apostillado, amonestado, contenido, reformado, enmendado y detenido. Es, bajo el pretexto de utilidad pública y en nombre del interés general, ser expuesto a contribución, ejercido, desollado, explotado, monopolizado, depredado, mistificado, robado; luego, al menor movimiento de resistencia, a la menor palabra de protesta, reprimido, multado, vilipendiado, vejado, acosado, maltratado, aporreado, desarmado, agarrotado, encarcelado, fusilado, ametrallado, juzgado, condenado, deportado, sacrificado, vendido, traicionado y para colmo, burlado, ridiculizado, ultrajado y deshonrado. ¡He aquí el gobierno, he aquí su moralidad, he aquí su justicia!”.
El humor de Forges dibuja a la perfección lo ocurrido estos días en las calles madrileñas. Un humor que continúa con el Papa Ratzinger, los curas pederastas, el Papa gaditano, el triángulo peligroso y el dibujo de Toño Fraguas.
Manel Fontdevila sigue con su “bendito verano”.
Territorio Vergara continúa escribiendo y dibujando el Diccionario Biográfico Español, con Benedicto XVI, Rouco Varela, Esperanza Aguirre, Fernández Ordóñez y José Blanco.
Y Pep Roig, desde Mallorca, nos dibuja “La buena educación” y las Noticias de “todo vabien”.
Religion, por George Carlin.