La fiesta de la Caballada fue declarada de Interés Turístico Nacional en el año 1980, También Regional y Provincial y se celebra todos los Domingos de Pentecostés en el pueblo de Atienza, Guadalajara, España.
El pueblo de Atienza está situado en la ladera de un empinado cerro, Junto al castillo, tiene soberbios restos de murallas, el arco gótico de San Juan, cinco iglesias románicas y otras dos renacentistas-barrocas, un reducido grupo de edificios góticos y un armónico conjunto urbano en el que hay plazas y calles, con diversas casas blasonadas.
Atienza es una localidad de unos 500 habitantes situada en la Comarca de la Sierra en Guadalajara, zona conocida por que pasan distintas rutas como la del Camino del Cid, la Ruta de El Quijote y la Ruta de la Lana.
En Atienza podemos ver:
La Plaza del Ayuntamiento
En esta plaza triangular y porticada en dos de sus lados, destaca el Ayuntamiento, del siglo XVIII, con su torre del reloj y su escudo en la fachada.
- La posada del Cordón, un palacio medieval con un grueso cordón franciscano rodeando el pórtico y un ventanal gótico en la fachada. Actualmente es el Museo Etnológico o Centro de Interpretación de la Cultura Tradicional de la Provincia de Guadalajara, donde podemos ver objetos de la vida tradicional de la provincia y exposiciones temporales.
- La casa de los Bravo y Laguna que fue el lugar de nacimiento del comunero Juan Bravo.
- El Palacio del siglo XVI con su arco semicircular abovedado y su escudo heráldico de piedra de la familia Bravo de Lagunas, Medrano y Mendoza.
- La fuente del siglo XVIII con figuras de peces talladas.
El Arco Arrebatacapas
Comunica la Plaza del Ayuntamiento con la Plaza del Trigo y es uno de los arcos mejor conservados del primer cinturón de murallas.
La Plaza del Trigo
Conocida como la Plaza del Mercado o de Don Bruno Pascual Ruilopéz. En uno de los laterales está la Iglesia de San Juan del Mercado, su construcción comenzó en el siglo XII y finalizó en el siglo XVI en estilo renacentista y dedicada a San Juan Bautista.
La Iglesia de la Trinidad – Museo de la Caballada
En esta iglesia románica del siglo XII encontramos, de este estilo, un ábside románico de influencia segoviana y tres ventanas con capiteles decorados con motivos vegetales.
En su interior sus capillas gótica y renacentista como la del Cristo de los Cuatro Clavos, la de los Ortega o la de la Inmaculada Concepción, la cual fue donada a la villa por Felipe V por la hospitalidad de Atienza con el rey durante la guerra de sucesión.
Dentro hay dos museos:
- El Museo de la Caballada donde podemos ver algunos diplomas medievales concediendo privilegios a Atienza como el diploma de Alfonso VIII por el que se regula la cofradía de la Santísima Trinidad, del siglo XII.
- El museo de arte Sacro-Religioso.
La Plaza de Toros
Justo en frente de la Iglesia de la Trinidad está la plaza de toros portátil que data de 1982 y que fue comprada a Paco Camino. Su capacidad es para 1.500 espectadores.
La Iglesia de Santa María del Rey
Esta iglesia románica de la que sólo queda el ábside y dos puertas de este estilo, fue construida por Alfonso I de Aragón en el siglo XII y reformada en el siglo XVI y en la actualidad. Actualmente el cementerio de la villa se encuentra adosado a la entrada principal de la iglesia.
Las Murallas
Durante la Edad Media fue una villa fuertemente amurallada con dos tramos de murallas que formaban dos recintos.
El primero fue construido por Alfonso VII y tenía como finalidad proteger el pueblo, aquí se encontraban las puertas de La Nevera, Arrebatacapas, el arco de la Guerra, el de la Virgen y el la Escuela Vieja.
Al crecer la ciudad la muralla tuvo que ser ampliada y fue Alfonso VIII quien la realizó, aquí encontrábamos las puertas de Antequeda y de la Salida o Salada.
Cuatro arcos de entrada:
- El de la Salida, cerca de la iglesia de San Bartolomé.
- El de la Virgen, llamada así por una imagen de la Inmaculada Concepción que aparece en la parte interna superior del arco.
- El de las Escuelas Viejas
- El arco de Arrebatacapas
El Museo de Arte Antiguo de San Gil
En la iglesia de San Gil, románica de la que sólo queda el ábside, se encuentra el Museo de Arte Sacro con una gran colección del arte que proviene de todas sus antiguas parroquias y una exposición de elementos arqueológicos
El Ábside de San Francisco
En este lugar se situaba el convento de San Francisco, uno de los escasos ejemplos de gótico inglés en España.
Fue mandado construir por doña Catalina de Lancaster, esposa de Enrique III de Castilla, y señora de Atienza y perteneció a los franciscanos hasta la Desamortización de 1836.
La Fuente Tío Victoriano
En esta fuente encontramos el escudo de la villa.
El Museo de San Bartolomé
La iglesia de San Bartolomé data de la primera mitad del siglo XIII, con ábside de planta cuadrada y una galería porticada con arcos de medio punto.
En su interior destaca el retablo barroco del presbiterio, el gran arco triunfal que le precede y la capilla barroca del Cristo de Atienza de 1703.
La Ermita del Humilladero
A las afueras de la ciudad encontramos esta ermita de planta cuadrada de estilo románico, del siglo XVI, rematada por ábside semicircular.
La Ermita de Nuestra Señora de la Estrella
Lugar donde se celebra la popular fiesta de La Caballada.
El Castillo
Y en lo alto de la villa encontramos su castillo utilizado por los celtíberos, luego por los árabes y mas tarde fue reconstruido por los cristianos tras la Reconquista.
En el se conserva la torre del homenaje, de planta rectangular y tres pisos y el recinto del patio de armas.
El origen de la fiesta de la Caballada
Hace más de 850 años, en 1162, cuando Alfonso VIII, era un niño de cuatro años, ya ostentaba el título de rey de Castilla al morir su padre Sancho III.
Su tío, Fernando II de León, presionaba política y militarmente aprovechándose de la situación de minoría de edad de Alfonso y quería quedarse con la corona castellana.
Alfonso VIII era descendiente por parte de padre, de los reyes de la Casa de Borgoña y del Condado de Barcelona, y por parte de madre, de los reyes de Pamplona y de Rodrigo Díaz de Vivar, su bisabuelo.
Se decidió designar como tutor a Gutierre Fernández de Castro y como regente a Manrique Pérez de Lara, dos altos cargos de familias nobles de gran importancia con muchas influencias y poderes.
Las familias nobles más importantes de aquella época, la de los Lara y la de los Castro, prestaban su apoyo de manera enfrentada. Los primeros a la causa de Alfonso, y a la causa leonesa, los Castro.
Los Lara consiguieron apoderarse del pequeño rey y se lo llevaron al castillo de Haza. El rey de Navarra, Sancho VI, aprovechando la situación, se apoderó de Logroño y de grandes zonas de La Rioja.
El rey de León, Fernando II, se apoderó de la ciudad de Burgos e invadió Castilla pidiendo la custodia del niño y aliándose con la familia de los Castro.
En la Batalla de Lobregal, cerca de las localidad de Villabrágima y Medina de Rioseco, en la provincia de Valladolid, se enfrentaron las dos familias.
Los partidarios de la Casa de Lara, capitaneados por Nuño Pérez de Lara, fueron asaltados y derrotados por los miembros de la Casa de Castro, dirigidos por Fernando Rodríguez de Castro, el Castellano.
La familia Lara, contó con la ayuda de amigos que les ayudaron a escapar y huir con el niño hasta Soria, donde permanecieron a salvo durante un par de años.
Al verse asediados de nuevo decidieron entregar al niño, pero en el último momento el hidalgo Pedro Nuño de Fuentearmegil, preparó una fuga desesperada.
En la oscuridad de la noche, sacó al pequeño rey del palacete de los Lara, y atravesando Soria. Primero lo llevó al castillo de San Esteban de Gormaz y después condujeron al joven rey de Castilla hasta Atienza y le resguardó tras sus murallas.
Las tropas pro-leonesas sometieron entonces a la villa a un asedio, que se prolongó en el tiempo.
La mañana de Pentecostés de 1162, la cofradía de arrieros de Atienza ideó una argucia para acabar con esta situación:
Saldrían todos en mulas y caballos en procesión hasta La ermita de la Virgen de La Estrella para despistar a los enemigos.
Solicitaron permiso para atravesar el asedio aparentando realizar la romería y aquello distrajo a las tropas leonesas.
El domingo de Pentecostés de 1162, todos los arrieros del pueblo, montando mulos y caballos salieron por la puerta de salida con el niño disfrazado de arriero entre ellos.
Las caballerías más veloces condujeron al rey niño hasta Ávila. De esta manera Alfonso VIII pudo conservar la corona castellana independiente de la de León.
Alfonso VIII no se olvidó de Atienza, convirtiéndola en una de sus villas favoritas.
Le concedió muchos privilegios, restauró el castillo y su muralla, les concedió un Fuero que rige las ordenes de la Hermandad de la Santísima Trinidad desde hace más de 8 siglos.
Ordenó que se celebrara siempre la fiesta del domingo de Pentecostés, para que todos recordaran como fue salvado por sus habitantes de la persecución del rey de león.
Fiesta de la caballada
Tras aquel suceso histórico se empezó a celebrar la hoy conocida como fiesta de La Caballada. Esta la organizan en la actualidad los herederos de aquella cofradía de arrieros, la Cofradía de la Santísima Trinidad.
Ésta conserva documentación que acredita su presencia desde el siglo XII y se conservan sus libros de acuerdos y cuentas desde 1679.
La cofradía se reúne cuatro días al año:
- El Domingo de Pentecostés.
- San Isidro. 15 de mayo.
- Domingo de Trinidad: domingo inmediatamente posterior al de Pentecostés.
- Sábado de la Cernina: sábado inmediatamente posterior al Domingo de Trinidad
Todas las celebraciones de La Caballada empiezan con el mismo ritual:
El mayordomo y la mayordoma parten desde la casa del prioste a buscar al seis principal y a la seisa a la casa de éstos. El significado de esta ceremonia reside en el simbolismo que el seis principal tiene para el prioste, pues le considera su principal invitado.
Es este signo de distinción el que hace que el prioste mande a sus mayordomos a buscar al seis principal y a la seisa. Estos recorridos los realizan acompañados del manda y la música los días de San Isidro, Sábado de las Siete Tortillas, Domingo de Pentecostés y Domingo de Trinidad. Todos excepto el Sábado de Cernina que explicaremos después.
El sábado de las Siete Tortillas
La víspera del Domingo de Pentecostés, la junta directiva de la Cofradía (conocida como la Mesa) baja andando a la ermita para prepararla para la fiesta del día siguiente.
Los hermanos meriendan siete tortillas, todas diferentes, evocando los siete días que se dice que tardaron en llegar los arrieros a Ávila con Alfonso VIII.
Al anochecer la Cofradía invita a merendar a todo el pueblo a tortillas, chorizo y vino en la plaza del Trigo. El aperitivo se acompaña con música castellana tocada en directo.
El fin de semana de La Caballada se celebran alrededor de la fiesta otra serie de actividades:
- Pequecaballada.
- Concurso de fotografía
- Jornadas gastronómicas
- Actuación musical y vino español para todo el pueblo
El Domingo de Pentecostés
- Se reúnen los Cofrades en casa del Prioste con sus caballerías, se nombra a todos, se leen las multas contraídas durante el año por no cumplir las 30 ordenanzas por las que se rige la Hermandad. Esas ordenanzas vienen desde la creación de la Hermandad. y se subasta la bandera.
- Los hermanos recogen al Abad y atraviesan las Plazas del Trigo, de España, Calle Real y Convento de San Francisco. Después la comitiva se dirige a la Ermita de la Estrella.
En la Ermita de La Estrella:
- Procesión con la Virgen de la Estrella desde la Ermita hasta la Peña de la Bandera.
- Se subastan las “Andas de la Virgen” en celemines de trigo.
- Misa y Subasta de Roscas.
- Los cofrades bailan en el portalillo de la Ermita ante la imagen de la Virgen.
- Comida la Hermandad en el comedor de la Ermita.
- Cantan una “Salve”.
- Se dirigen al “Camino de las Cuevas”, en la carretera dirección al pueblo de Cogolludo, donde tienen lugar las Carreras de Caballos.
- Limonada obsequio del Abad a los cofrades, en la Plaza del Trigo.
- En la casa del Prioste los hermanos finalizan la celebración con el
tradicional “trago de vino en porrón”.
Domingo de Trinidad
La titular de la Hermandad es la Santísima Trinidad, que nos da nombre, al uso de las cofradías gremiales medievales, que solían estar bajo la advocación de un santo. En este caso, los arrieros medievales se encontraban bajo la protección de la Santísima Trinidad.
Ésta es la única fiesta que no ha cambiado nunca de fecha, sin embargo las demás sí:
• El día de San Isidro se celebraba la Dominica Infraoctava de la Asunción.
• El Domingo de Pentecostés se celebraba el Lunes de Pentecostés.
• El Sábado de Cernina se celebraba el Lunes de Cernina.
El Domingo de Trinidad es, junto al Domingo de Pentecostés, la única fecha en que la Cofradía desfila con la bandera y en la que los chaquetillas van sin capa (en los días de San Isidro y de la Cernina, al considerarse fiestas religiosas, los chaquetillas han de ir con capa, aunque sin sombrero).
El rematante de la bandera en la segunda peña de la bandera del Domingo de Pentecostés se gana el derecho a llevarla también en la procesión de hoy.
La procesión guarda la siguiente formación:
1. La bandera.
2. La cruz procesional.
3. Los gaiteros.
4. Los chaquetillas.
5. Los seises no provisores.
6. Las insignias. Entre medias de ellas, el estandarte portado por el seis principal. Tras el estandarte, el abad.
7. La Mesa.
La procesión avanza por la plaza del Trigo y la calle Cervantes hasta la iglesia de la Santísima Trinidad.
Durante la misa, los hermanos se distribuyen en tres grupos:
- Pegados al altar mayor, a ambos lados de la puerta que da acceso a la capilla de la Inmaculada Concepción, la Mesa, en orden de antigüedad (el prioste, el primero; y, cuantos menos años en la Mesa, más cerca del prioste).
- En la bancada de la Trinidad, se reservan tres bancos, que se disponen en forma de “U”, en donde se sientan los seises no provisores.
- En un banco aparte, bajo el retablo de Inocencio III, los chaquetillas.
- En un banco simétrico a este último, bajo el retablo del Sagrado Corazón, se sienta el manda y los músicos.
En la comida de hermandad del Domingo de Pentecostés, se designa al mayordomo más antiguo para el cargo de nuevo prioste y éste, elige de entre los chaquetillas al que quiere sea su mayordomo.
Así pues, los cargos electos han de acudir el Domingo de Trinidad por la tarde a la iglesia de la Santísima Trinidad. Allí, en el portalillo, los cargos salientes se sitúan a la derecha; y los entrantes, a la izquierda.
El fiel de fechos lee sus nombramientos y tras ello, los priostes entrante y saliente acuden al centro del portalillo de la iglesia, en donde se arrodillan delante del abad, mientras éste les dice que han de servir el cargo “según los usos y costumbres”. Posteriormente, se realiza el mismo ritual con los mayordomos entrante y saliente.
Durante esta ceremonia es costumbre entre algunos hermanos subirse a la reja de la iglesia de la Trinidad para ver mejor la ceremonia en una de las imágenes más icónicas de la Cofradía.
Tras este acto, los hermanos van a casa del prioste entrante. Allí las mujeres van, en compañía de los músicos y el manda, a buscar a la nueva priosta y a la nueva mayordoma, produciéndose así también el cambio de cargos entre las hermanas de la Hermandad.
El Sabado de la Cernina
Antiguamente, el día posterior al Domingo de Trinidad (Lunes de Cernina) era el día en el que la Cofradía tenía prescrita la realización de la última de las juntas ordinarias del año.
Primeramente, se realizaba una misa por los difuntos de la Cofradía y “por el primer hermano que fallezca” y, posteriormente, en casa del prioste tenía lugar la junta general.
Las dificultades laborales de la mayoría de los hermanos para poder asistir a la junta hicieron que en 2004 se decidiera trasladarla al sábado posterior al Domingo de Trinidad, Sábado de Cernina.
Era costumbre, al finalizar aquella junta del Lunes de Cernina, que el prioste repartiera entre los vecinos de Atienza que se acercaran a por él el llamado “pan de la Virgen”. Esto es, hogazas de pan bendecidas previamente por el abad, en presencia del manda, en la panadería y con las que la Cofradía invitaba al pueblo.
Igualmente, era costumbre que los niños de la escuela de Atienza salieran de excursión desde las aulas a la casa del prioste para almorzar dicho pan. Y es precisamente esta relación de la Cofradía de La Caballada con los niños atencinos la que ha hecho que, a pesar de que todos los actos del Día de la Cernina se trasladasen al Sábado, este ritual del pan de la Virgen se mantuviera en su primitiva fecha.
El manda, vestido de chaquetilla, en presencia del prioste, tiene que repartir pan entre los vecinos que se acerquen a la puerta de la casa del prioste (en donde debe ondear la bandera de La Caballada desde primera hora de la mañana).
Tiene un significado simbólico de enseñanza:
Los cargos salientes tienen que enseñar a los entrantes los procedimientos que se realizarán durante el siguiente año, incluyendo el viaje de búsqueda de los mayordomos a los seises.
El mayordomo y la mayordoma entrantes salen de casa del prioste a buscar al mayordomo y mayordoma salientes para que “les expliquen” el procedimiento.
Éstos se “lo explican” poniéndoles dos ejemplos prácticos:
- Van a buscar al seis y la seisa entrantes y, desde allí, van a buscar al seis y la seisa salientes. Los ocho acuden a casa del prioste y, desde allí, acuden a misa a la iglesia de la Trinidad. Los que menos andan son los más antiguos: la antigüedad es motivo de privilegios en La Caballada.
- Durante la misa se reza por todos y cada uno de los/as hermanos/as que murieron durante el último año litúrgico y por el primer hermano que fallezca. De esta manera, la Cofradía deja rezada una oración para que, en el futuro, un/a hermano/a de La Caballada esté lo menos posible en el purgatorio.
Tras la misa, se celebra una junta general en casa del prioste. El Sábado de Cernina es la única celebración ordinaria en la que La Caballada prescinde de la música, al tratarse de una misa de difuntos.
El Corpus Christi
Con la celebración del Corpus Christi se dan por finalizados los actos ordinarios de la Cofradía en el año.
A la misa y posterior procesión del Corpus Christi sólo tienen que ir cuatro hermanos de la Cofradía. A saber:
- Las insignias, vestidas con capa y chaquetilla, pero sin sombrero (la Mesa ya ha tomado nota para la lectura de multas del año que viene…). Las insignias cuando van a un acto solas -Corpus Christi y entierros- han de ir sin sombrero.
- El seis principal, sin ningún tipo de uniformidad, que portará el estandarte durante la procesión.
- El hermano que haya rematado la cruz, vestido según su categoría. Si es seis, con capa; si es chaquetilla, con chaquetilla. [Estos dos últimos sólo tienen que ir a la procesión; a misa no tienen por qué acudir obligatoriamente].
El mayordomo va a buscar al prioste a su casa y, desde allí, ambos van a la iglesia de la Santísima Trinidad, yendo siempre el mayordomo a la izquierda del prioste.
A partir de este día la Cofradía sólo puede tener dos tipos de actos:
- Una junta general o de la Mesa (particular) convocada de manera extraordinaria por el prioste o por la Mesa para decidir un tema de urgencia.
- El entierro de algún hermano/a.
Si no hubiera ninguna de estas dos condiciones, la Cofradía sólo volvería reunirse el siguiente 15 de mayo, día de San Isidro.
Relacionados
La Semana Santa de Baena. Coliblancos y colinegros
La fiesta de la luz de las ánimas
Las fiestas de Los Bartolos y de la Fuga de la Diabla
La Noche de Walpurgis y la fiesta de Beltane
La fiesta de los Mayos o Mayas
La virgen que decidió quedarse en Dosbarrios (parte 2)
La fiesta, la danza y la procesión del “cornudo”
Para leer mas
El asedio del rey en Atienza el origen
La Caballada de Atienza, una historia de Castilla
Anuncios