La fiesta de la insignificancia, Milan Kundera

Hacía años que los devoradores de la prosa de Kundera esperábamos una nueva obra del escritor nacionalizado francés (honestamente, ya no me siento cómoda llamándolo checo, la pregunta será, ¿él se sentirá checoslovaco o checo aún?).&version;

En fin, La fiesta de la insignificancia, una nueva novela en la que, una vez más, Kundera nos muestra a la risa, la broma como la única manera de darle una bofetada a esta vida pos-moderna de la juventud y la novedad, del consumismo y la pomposa inteligencia de la acumulación del conocimiento.

En 138 paginas, los personajes principales de dicha novela -Charles, Ramón, Alain y Calibán- nos dejan entrar en unas horas de su vida donde podemos ver lo inútiles que son, lo vacías de significado y como, lo único que los distingue y los salva es la búsqueda constante de la risa. A sus diferentes modos, según sus egocéntricas preferencias, cada uno busca eso: la risa, que no la felicidad dado que no hay nada significativo en la existencia humana y, sobre todo, ante el peligro del totalitarismo de lo serio.Comentando la novela con una amiga llegué a la conclusión, arbitraria si gustan, de que las novelas de Kundera se dividen en dos épocas: las checoslovacas de las franceses e, indudablemente, las primeras poseen una calidad superior a las segundas.Ligera, cómoda, sin pretensiones ni estéticas ni temáticas, la nueva novela de Kundera es un repaso para aquellos que hemos leído su obra previa. Para lo novatos, sería -imagino- una agradable introducción al universo de Kundera.¿La recomiendo?... es difícil hacerlo. Yo la leo por el gusto que tengo a la prosa de Kundera, su ritmo, su construcción me hace sentir en casa, es un terreno conocido para mi. Quizá si esperan leer a otro gran candidato para el Nobel (según sus fanáticos), no lo encuentren. ¿La volvería a leer? Sin duda a alguna.