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La fiesta, el túnel y las francesas mudas

Publicado el 21 febrero 2013 por Sergiofeldmann1
La fiesta, el túnel y las francesas mudasMe fui temprano del cumpleaños de Mariano antes de que pasara el último tren a West Hampstead.  Acá las cosas empiezan temprano y terminan también temprano.  Si tenés la suerte de vivir cerca, o no dependes del transporte público, podes quedarte y terminar alcoholizado con la gente de la fiesta, o sea, cuando la cosa se pone realmente buena.  No fue mi fortuna y  realmente la  estaba pasando genial, pero no quise colgarme para luego tener que tomarme un taxi -que es casi prohibitivo en Londres-, o andar buscando bajo ese frío algún transporte para volver a casa.
De todas maneras fui el primero en llegar a la fiesta, y con mi mejor cara de poker entregué el regalo y acepté de buen gusto una copa de un rico vino argentino. Esto posibilitó que cuando llegara el invitado número 5, yo ya había perdido la cuenta y en un tiempo que no podría recordar,  la casa de Mariano estaba plagada de gente y ni tímido ni perezoso me encontraba hablando con algunos, intentando seguir el hilo de la conversación.
La fiesta, el túnel y las francesas mudasDado mi estado semi impresentable, afiné el oído para escuchar español y unirme a al grupo hispano-parlante  Si bien con alcohol en sangre soy muy fluido en ingles, me vi preso de una fiaca intelectual que nada tenia que ver con mis ganas de sociabilizar, pero si era entre paisanos, mucho mejor. Sabia que irían argentinos así que en medio de la verborragia que me caracteriza -tanto sobrio como borracho- me encontré con un grupo de gente e íbamos variando los temas.
Una de las cosas que me hizo decidir la retirada fue el reloj, la otra, no menos importante, era preservar mi dignidad.  Cuando estoy charlando y al terminar una frase tengo que preguntarte sobre que estábamos hablando, a pesar de mi aparente confusión, tengo la entereza de retirarme. Estaba hablando con argentinos y no podía hacerme el boludo y justificarme con un problemita de "barrera idiomatica".  Si que recordé los nombres, los ubiqué mas tarde por facebook y quedamos en contacto.
Pero volviendo a la fiesta o mejor dicho, yéndome de la misma, encaré la calle y me fui hacia la estación de tube. Sabia que tenia que hacer una combinación así que intenté enfocarme.
Primer tramo resuelto; el segundo hasta llegar por un largo pasillo a la linea que me llevaba a casa (foto). Atravesarlo siguiendo una linea recta no fue tarea fácil.  En un intento de no perder las formas y caminar según los estándares de persona civilizada, me di cuenta que tanto esfuerzo no seria valorado ni mucho menos observado. Por qué? simplemente porque todos, y no falto a la verdad, todos los que estábamos atravesando ese pasillo camino a la próxima estación aplicábamos al mismo leit-motiv: llegar como se pueda a destino. Con la diferencia que la gente, en su mayoría mujeres, gritaban alocadas lo que hacia de ese largo pasillo un verdadero infierno.

La fiesta, el túnel y las francesas mudas

Foto ilustrativa que muestra el pasillo. Foto: Internet

Ya comenté en posts anteriores sobre el efecto que tiene el alcohol en esta sociedad. Tampoco estoy entrándome en nuevos vicios, no tengo esa personalidad ni tendencias adictivas, pero si es cierto que cuando sabés que no sos el único que se va a poner "alegre" te das como un permiso solapado en miles de excusas auto justificativas -como este post-
Logré hacer la combinación con la Jubilee Line y mi último esfuerzo de enfoque seria no pasarme de West Hampstead.
Subí, me senté y no me percaté de quienes estaban sentadas al lado mio hasta que las escuché hablar.  El idioma francés me es -como a la mayoría de las personas- un idioma exquisito al oído  y fue así como me di cuenta que dos chicas sentadas a mi derecha lo hablaban perfectamente.
Totalmente desinhibido, parte por el alcohol pero mucho más por mi personalidad, las miré y pregunté:
-Sorry, are you french?
Me miraron, sonrieron y antes de arrojar un exquisito "wi" una de ellas empezó a vomitar compulsivamente. Efecto contagio del asco o por el mismo pedo psicodelico que tenia la otra, la siguió cual Linda Blair en El Exorcista y comenzaron a vomitar al unísono.
La fiesta, el túnel y las francesas mudas

Recuerdo que los pasajeros sentados delante salieron eyectados antes de ser alcanzados por semejante inmundicia. Yo, lejos de inmutarme tuve el impulso de seguir hablando:
-You know, i loooove french. Are you from París?
Por supuesto, no respondieron y en la próxima estación se bajaron como pudieron y me dejaron hablando solo -unas desubicadas-
La fiesta, el túnel y las francesas mudas

Comencé a  sospechar que en mi entorno algo no andaba del todo bien cuando vi que todos estaban prácticamente amontonados al final del vagón esperando llegar a destino, pero muchos, menos masoquistas cambiaron de coche, pero igual seguía sentado mirando los carteles publicitarios sin percatarme que estaba rodeado de viscosidad francesa,  pero no hace falta entrar en mas detalles innecesarios.  Me uní al grupo y baje finalmente en mi estación.   El golpe de frío me despabiló un poco mas y pude llegar a casa, sano y salvo.
Mi perro poco entiende de que su amo estaba para ir derecho a la cama, pero así este llegando en un coma cuatro no puedo resistirme a ese rabito moviéndose pidiendo salir.  Bajó  las escaleras para recibirme  y nos acompañamos en una noche fría  para luego meternos en la cama y pensar: Que lindo es volver al calor del hogar.
Sin antes consultar con la almohada...les habrá caído mal que les preguntara si eran francesas?
qui sait!
Escrito por Sergio Feldmann

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