(Tegucigalpa, 29/11/09; 16:00 hs) Cerca de mil personas se concentraron en el parque central de la capital industrial del país, San Pedro Sula, cuando fueron reprimidos con gases lacrimógenos, balas de goma y camiones hidrantes. En esta situación, un periodista colombiano de la agencia Reuters sufrió una herida en su cabeza y al menos dos miembros de la resistencia fueron detenidos. La prensa local reporta decenas de heridos, mientras la división especial COBRAS rodeaba la Radio Uno que transmitía los acontecimientos. Al cabo de unos minutos, Radio Globo que estaba en comunicación con los colegas de San Pedro Sula, sufrieron interferencias y su transmisión fue interrumpida.
Mientras tanto, en Tegucigalpa, los comicios continúan sin que hayamos visto mayor participación que por la mañana, que ya fue escasa. Intentando que aumente el número de votantes, el Tribunal Supremo Electoral ha dictaminado que el acto electoral se extienda por una hora más que lo habitual.
A las dos de la tarde, ciudadanos norteamericanos se concentraron frente a la embajada de los EE.UU. en Tegucigalpa, para exigir que su gobierno no legitime estas elecciones, denunciando las violaciones a los derechos humanos que se están sucediendo al tiempo que transcurren los comicios. “Obama, atention, say no to this election” y “Si hay represión, no hay elección” eran las consignas que se alternaban con las declaraciones a los más de treinta periodistas internacionales que se arremolinaron frente a la fortaleza que alberga a la embajada, mientras una cantidad similar de soldados y policías rodeaban la improvisada conferencia de prensa y el helicóptero volvía a observar desde las alturas lo que acontecía. A pesar de la presencia de los medios, la embajada no recibió a la delegación de ciudadanos norteamericanos.
Mientras falta sólo una hora para el cierre de los comicios, los políticos golpistas, funcionarios del régimen y periodistas de los grupos mediáticos hondureños afines a la dictadura de Micheletti, muestran sus dedos pintados de negro ante las cámaras, al tiempo que siguen alentando a la gente a votar en lo que, sólo ellos, consideran una “fiesta cívica”.