Revista Política

La Filosofía Política de Robert Nozick

Publicado el 10 julio 2015 por Ntutumu Fernando Ntutumu Sanchis @ntutumu

Robert Nozick (1938-2002) dijo una vez que los filósofos políticos o bien tienen que trabajar siguiendo la estela de Rawls o bien justificar por qué no lo hacen así.

Frase de Robert Nozick extraída de Anarchy State and Utopia. Fotografía de gakuran.com

Frase de Robert Nozick extraída de Anarchy State and Utopia (1974). Fotografía de gakuran.com

En su caso, tenemos un planteamiento neocontractualista muy parecido al de Rawls, pero en el cual no se llega a las mismas conclusiones en términos de igualitarismo liberal. Su obra cumbre es Anarchy, State and Utopia (1974) y se puede interpretar como un ataque en toda regla, pero desde dentro, a la teoría de la justicia de Rawls. Nozick también se opone al utilitarismo, pero difiere de la argumentación igualitarista rawlsiana. Igual que Rawls, sostiene que el utilitarismo pone en una situación de vulnerabilidad a todos aquellos que puedan ver conculcados sus derechos en aras de conseguir un mayor bienestar general. Sin embargo, los resultados de su Filosofía Política se alejan de las conclusiones rawlsianas.

Concretamente, Nozick subraya que los derechos esenciales de los individuos son la libertad y la propiedad. En la defensa de la libertad, los argumentos de Nozick son muy parecidos a los de Rawls, pues ambos se encuentran en las filas del liberalismo. Ahora bien, en su defensa del derecho de propiedad difiere significativamente del igualitarismo rawlsiano. Nozick aduce que la propiedad son los bienes que se han conseguido mediante el trabajo, el esfuerzo y el ahorro. Estos bienes no pueden ser redistribuidos sin atentar contra los propietarios. Si efectivamente se parte de una posición de igualdad de oportunidades, dice Nozick, entonces no tiene ningún sentido que las propiedades se redistribuyan por un deseo de atenuar las diferencias sociales ni por una argumentación basada en cálculos utilitaristas. Según su argumentación, partir de una igualdad de oportunidades implica que los resultados posteriores siempre serán justos porque cada cual tendrá lo que merece (argumento meritocrático).

Nozick pone un ejemplo para ilustrar su teoría. Imaginemos que un jugador de básquet es realmente muy bueno en este deporte. A los aficionados les encanta verlo jugar. Imaginemos, además, que es un jugador capaz de llegar a los 80 puntos por partido. Pues bien, el equipo que lo tiene en nómina decide cobrar un suplemento a los espectadores que compren una entrada. Este suplemento irá destinado al sueldo del jugador en cuestión. Si esta estrella del básquet sigue jugando igual de bien, arguye Nozick, no tendría ningún sentido que el suplemento de las entradas se repartiera (o redistribuyera) entre los demás jugadores que no llegan ni por asomo a sus estadísticas de puntos por partido.

En resumen, la función del Estado en la teoría política de Nozick y sus partidarios es garantizar la seguridad de la propiedad y la integridad física de los ciudadanos. Todo lo demás se deja a la libre iniciativa privada de los individuos. Estos teóricos defienden, en consecuencia, un estado mínimo, sin grandes estructuras de servicios públicos: como la sanidad, la educación o los servicios sociales (de ahí que en la obra principal de Nozick se incluya el término “anarquía” en el título), y una dimensión muy importante para el libre mercado y la libre competencia entre agentes económicos. En el mundo anglosajón, estas posiciones se conocen como “libertarias” y tienen un parecido de familia con lo que se suele denominar “neoliberalismo”.


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