Revista Opinión

La firmeza política

Publicado el 20 julio 2015 por Diariocubano

Se asocia con valentía, con coherencia, con convicciones fuertes, con confiabilidad, con capacidad para enfrentar problemas y enemigos, condiciones muy valoradas en estos tiempos de desconfianza e indignación social. También es adorada por populistas y demagogos, que la utilizan como vehículo para transmitir emociones. Las encuestas de favorabilidad en Colombia pueden estar midiendo principalmente la percepción de firmeza del político, porque los ciudadanos esperan que los gobernantes controlen el caos al que están sometidos por el desorden y la ilegalidad, así éstas sean también culturales y las practiquen ellos mismos.

La firmeza ha estado en el centro de la política desde siempre, pero en la medida en que ésta es cada vez menos sobre el qué y más sobre el cómo, ha llegado a definir diferencias entre partidos y a dominar la agenda pública en muchos países. En Estados Unidos, los demócratas y los republicanos tienen los mismos objetivos de política exterior. La diferencia está en si usar la firmeza o el pragmatismo. Los republicanos creen que la forma de mantener la preponderancia mundial de su país es por vía de ser firmes, recurriendo a la fuerza militar y al amedrentamiento diplomático y económico, porque de lo contrario sus enemigos perderán temor a las represalias y eso estimulará los desafíos al poderío norteamericano. Los demócratas consideran que es más efectivo adaptarse a la nueva realidad multipolar y tratar de mantener su influencia por vía de alianzas, negociación y un liderazgo prestigioso, pues su poder intimidatorio está muy disminuido. Los republicanos se oponen a la apertura a Cuba y al acuerdo nuclear con Irán, que consideran abdicaciones, mientras que los demócratas piensan que por fin su país está volviendo a tener éxitos internacionales.

En Colombia, la firmeza en la política fue una cualidad importante hasta que los excesos de Gaitán, Laureano y La Violencia mostraron que era mejor la conciliación del Frente Nacional, y se impuso el modelo de políticos pragmáticos y efectivos como los dos Lleras y César Gaviria. Pero los excesos de pragmatismo de los partidos políticos y la crisis de seguridad del cambio de siglo aprestigiaron de nuevo la política de la firmeza y el modelo laureanista que encarnó Álvaro Uribe.

Pero la firmeza puede ser más vistosa que efectiva. Hoy la política colombiana está dominada por la dicotomía entre firmeza y pragmatismo frente al conflicto interno. Los sectores conservadores consideran que la falta de firmeza con las Farc agravará el conflicto o generará una “paz peligrosa”. Los sectores moderados consideran que es iluso seguir soñando con la victoria militar y que es muy buen negocio reconocer la condición política del conflicto a cambio de la paz.

Pero el problema de la firmeza es que se presta para el simplismo. Porque en el caso colombiano, ¿qué es firmeza? La firmeza contra las Farc o la firmeza contra la guerra. ¿Es firmeza la intransigencia, hasta el extremo de preferir la guerra que hacer concesiones? ¿O es firmeza poner la vida de los colombianos y la paz que les permita desarrollarse mejor por encima de venganzas inútiles en un país carcomido de impunidad en todos los frentes?

Via:: Colombia


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