En muchas ocasiones, he comentado ya la importancia de la flexibilidad laboral de los trabajadores dentro de sus organizaciones, aunque aún sigue siendo un imposible en muchas empresas de España.
Los empresarios tienen un gran arraigo a los procedimientos y formas de actuar “de toda la vida”, que tan buenos resultados les han dado a lo largo de los años y ¿por qué van a cambiarlos? Muchos piensan que eso de la conciliación de la vida laboral y personal que demandan hoy en día los trabajadores son pantomimas y toca sacrificarse. Sin embargo, tienen que darse cuenta que los tiempos y las prioridades cambian y ellos deben evolucionar para sobrevivir y adaptarse, antes de pasar al recuerdo como compañía por permanecer estática e impoluta en el tiempo.
Muchos trabajadores están dispuestos a que se les reduzcan los salarios en términos razonables por tener una mayor flexibilidad laboral que les permita tener unos horarios más desahogados en función de sus circunstancias particulares.
Hoy en día, con los medios que proporcionan las nuevas tecnologías, es posible poder desempeñar muchos trabajos y funciones desde casa y estar conectados en tiempo real con la oficina y con nuestros colaboradores. Incluso se pueden realizar entrevistas de trabajo o videoconferencias a través de Internet; sólo es necesaria la instalación de diversos artefactos tecnológicos muy asequibles que ahorran muchos costes y facilitan flexibilidad a los trabajadores.
Por supuesto, todos los trabajadores no demandan el mismo tipo de flexibilidad y, por ello, es conveniente escucharles para intentar, posteriormente, llegar a un acuerdo que sea adecuado para ambas partes. Simplemente, las organizaciones tienen que dar la posibilidad de adaptarse a las circunstancias particulares de cada trabajador para que, cuando precisen flexibilidad, puedan tenerla sin trabas. ¿En cuántas ocasiones muchas compañías pierden grandes profesionales por su rigurosidad para adaptar sus jornadas a sus circunstancias personales o familiares temporales o definitivas y estos trabajadores finalmente deciden marcharse a otras empresas que les brinda esta posibilidad porque valoran el talento por encima de todo?
Eso sí, hay veces que determinadas formulas de flexibilidad en las que el trabajo se realiza prácticamente a través de la red y aislado del contacto directo y personal con el entorno laboral, puede provocar agobio y estrés, dando la sensación de aislamiento por lo que esto debe controlarse; no todo el mundo vale para ello. Lo mejor es establecer este tipo de formulas de forma progresiva, alternando el desempeño del trabajo desde casa o el lugar elegido por cada trabajador y desde la oficina para no perder el vínculo de pertenencia a un grupo en ningún momento. Por que la red no puede sustituir nunca el contacto humano directo y presencial, que refuerza vínculos. Muchas veces, una persona puede comenzar contacto profesional en diversos proyectos con otras personas a través de la red, que cada una tiene su residencia física en diversas ciudades o países de la geografía mundial y, tras conocerse físicamente en persona, los vínculos y la relación aun se estrechan más porque transmiten sensaciones e impresiones que se pierden en el espacio cibernético. Por ello, yo creo que se deben de complementar ambas facetas de trabajo.
Los empresarios tienen que aprender que de nada sirve el “café para todos” y que debéis adaptaros a vuestros trabajadores y no dejaros influir por las medidas flexibilizadoras que implementen las empresas de vuestros entornos cercanos porque cada compañía es distinta. Las necesidades de cada trabajador son diversas. En un momento dado, un trabajador puede precisar cierta flexibilidad para poder complementar el trabajo con unos estudios específicos, para el cuidado de un familiar directo, por una enfermedad personal, por que su pareja vive en otra ciudad y por mil circunstancias más. En los trabajos se pasa a veces más tiempo que en casa y, por ello, hay que establecer buenos vínculos para que las personas se sientan a gusto y vean que las empresas se preocupan por ellos cuando lo precisan y los trabajadores os corresponderán en la misma medida. Querer es poder y sólo debéis intentar buscar medidas que permitan implementarlas aunque a priori pueda parecer irrealizable, porque muchas veces son mayores los costes mentales que los económicos los que impiden que las empresas españoles se flexibilicen.
¿Qué os impide implementar este tipo de medidas?