El gran Leonardo Da Vinci dijo: «Aprende a ver. Date cuenta de que todo está relacionado con todo lo demás”. Esta frase le va muy bien al artículo de hoy.
La Flor de la Vida es considerada sagrada entre diversas culturas alrededor del mundo, tanto antiguas como modernas. A partir de los modelos que están adentro, el símbolo de La Flor de la Vida nos muestra como todas las cosas provienen de una fuente y están íntima y permanentemente tejidas entre sí.
Esta figura se forma siguiendo el patrón geométrico de la semilla de la vida hasta obtener 19 círculos entrelazados e insertados a su vez dentro de un círculo. El símbolo de la flor de la vida, fue llamado así porque simboliza un árbol que contiene una flor, la cual a su vez contiene una semilla, la cual a su vez contiene al árbol.
Abraza dentro de sus proporciones a todos y cada uno de los aspectos de la vida que existen, cada fórmula matemática, cada ley de la física, cada armonía de la música, toda forma de vida biológica incluyendo el cuerpo humano, cada átomo, cada nivel dimensional.
Cada célula contiene la información de la perfecta salud, por lo tanto en cada Ser habita la memoria universal de la armonía y la plenitud, capaz de revertir y transmutar todo proceso de enfermedad, envejecimiento y desbalance vibracional con nuestra propia intención. Por esta razón, es una figura muy sanadora. Usado en el mandala, además de sanar, activa el positivismo, la concentración, el control y orientación de nuestra voluntad, desarrolla la tranquilidad interna y el agradecimiento por la vida.
En un próximo capítulo les estaré hablando sobre los colores, su significado y efecto en los mandalas.