Nicanor León Cotayo.- Como indicaba el sentido común, la filial en Coral Gables de la empresa brasileña Odebrecht S.A. presentó una demanda contra el estado de la Florida por afectarla violando la Constitución de Estados Unidos.
Lo hizo luego que su gobernador, Rick Scott, firmó una ley que detiene hacer transacciones allí con firmas vinculadas a Cuba y Siria, porque el Departamento de Estado les considera ligadas al terrorismo.
La demanda fue presentada en la Corte Federal de Miami y argumenta que la legislación de Scott es "inaplicable e inconstitucional", por invocar medidas que no corresponden a esa instancia.
Una periodista de El Nuevo Herald, Patricia Mazzei, recordó que el gobernador la suscribió el mes pasado, aunque horas después reconoció su ilegalidad, se retractó y dijo que la apoyaba.
René García, uno de los dos senadores republicanos de la Florida que auspiciaron el proyecto, declaró que el tribunal debe respetar la ley, "tenemos derecho a decidir con quien hacer negocios".
Sin embargo, la demanda de la Odebrecht S. A. plantea que las leyes federales "no autorizan a los estados a imponer sus propias sanciones a Cuba".
También argumenta que no viola el bloqueo a la isla, ya que es remota y distante su relación con la empresa brasileña que trabaja en el puerto cubano de Mariel, y ni ella ni su jefatura operan en la Florida.
El abogado de Odebrecht, Raoul Cantero, señaló que en el 2009 un juez federal echó abajo la disposición de que las agencias de viajes a Cuba pagaran en ese estado recargos más elevados.
La nueva polémica hizo recordar que los dos mayores socios comerciales de la Florida, Brasil y Canadá, han alertado que la ley firmada por Scott podría ser perjudicial de cara a nuevas inversiones.
Pero el gobernador es solo una fachada, más responsables del escándalo son la jefa del Comité de Relaciones de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, y sus cómplices el senador Marco Rubio, los hermanos Díaz-Balart y David Rivera.
Tanto Ileana como esos hermanos fueron los más furibundos partidarios de endurecer el bloqueo a Cuba, paso que ha costado a Washington 20 resoluciones consecutivas de censura en la Asamblea General de la ONU, y diversas condenas en otros escenarios.
En noviembre hay elecciones en Estados Unidos y se dice que la Florida volverá a jugar un papel importante en su desenlace, por lo que ya se desató allí una competencia para ostentar la condición de mayor enemigo de la Revolución cubana.
¿Y los principios? ¿Y el pudor? La respuesta se encuentra en la chiflada legislación que el gobernador Rick Scott, un hombre del Tea-Party, rubricó en la solemne Torre de la Libertad de Miami. [CubaSí.cu]