Si tienes un hijo varón es imposible que no se te haya pasado por la cabeza en alguna ocasión (mas bien mas de una) el hecho de que muy probablemente algún día serás suegra. Menudo papelón, anda que no hay chistes al respecto y por muy "suegra guay" que seas no te librarás de alguna que otra sorna con retintín de vez en cuando.
Ayer he tenido una de mis primeros "sentimientos de suegra", está claro que una suegra no nace, se hace, y que la forja de una suegra comienza desde muy temprana edad. Ver cómo tu hijo de dos años y medio se lo pasa tan bien con su amiguita de cinco años y que en el momento de la despedida se posiciona para darle un buen beso en todos los morros no pasa desapercibido, créanme. Sobretodo si ese tipo de besos los ha tenido reservados solo y exclusivamente para su madre, o sea yo.Que sí, que ya se que le estoy dando otra connotación al asunto pues él estaba tan feliz que esa fue la mejor manera de demostrarlo y que debería estar yo contenta por su felicidad y porque tenga días tan pletóricos rodeado de personas que le alegran la vida. Y, de hecho lo estoy, estoy feliz por todo eso. Pero es que, como he dicho antes, una suegra se hace y el sentimiento de posesión debe ser de los primeros en aflorar.En mi defensa debo decir que soy consciente de todo, soy consciente del sentimiento racional y también del otro sentimiento, el que no es tan racional y que se atribuye tanto al concepto tan extendido de las suegras. Me hago el firme propósito de educar mis sentidos para que reine la racionalidad en mí y que aflore ésta con naturalidad pero estaré siempre con mis ojos bien abiertos para salvaguardar el bienestar de ese hijo que he traído al mundo. Comienza aquí la forja de una suegra...