Duración: 2horas 03minutos
Género: Drama, Fantasía, Romántico
Productora: The Shape of Water
→ Lo mejor: -La imagen es espectacular, te atrapa.
→ Lo peor: -Su ritmo parsimonioso acaba pasando factura.
Retomamos los análisis previos a los Oscars, y hoy toca un peso pesado, hoy toca la última obra de arte de Guillermo del Toro, y para empezar tengo que declarar que no soy fan del mejicano, y para muestra mi crítica a El Laberinto del Fauno.
Aún así, tengo que admitir que Del Toro tiene un sello propio, puedes reconocer sus películas por su estética y su forma de contarnos la historia, que en este caso es La Bella y la Bestia... acuática.
Nos puede gustar más o menos, pero que Del Toro tiene su rincón propio en esto del cine es innegable, siempre nos trae películas peculiares, y eso es se mire por donde se mire, admirable.
También debo admitir que las películas de este hombretón casi nunca me parecen la fiesta del entretenimiento, y esta no es una excepción, cuando toda la metáfora se convierte en una simple persecución, el interés se desvanece.
Y no será por la imagen, porque es una obra de arte, ni por la banda sonora, que acompasa a la perfección los pasos de la cinta, ni por la magistral actuación de Sally Hawkins, es simplemente el ritmo parsimonioso, que nos acurruca y nos invita a que soñemos junto con la protagonista.
No se si estoy analizando más a la película en cuestión o a la forma de hacer películas de Guillermo el torero, pero de nuevo La Forma del Agua es una película donde la protagonista a través de la fantasía (tan, pero tan bien mimetizada) intenta evadirse de la monótona realidad, un mensaje que me enganchó y me atrapó e hice muy mío, porque todos nos hemos sentido así.
Además, la película guarda una bonita y genial metáfora general y final.
Por cierto, Guillermo a través de los secundarios dará voz a las minorías para que sigan cogiendo fuerza, para que ocupen su lugar, el de la igualdad.
Llegados a este punto, la parsimonia ocupa tanto lugar en pantalla como el amor, ambos lucharan, uno por que cierres tus ojos el otro por que abras tu corazón.
El final es precioso, aún más que toda la película, y eso es el mejor piropo que se le puede decir y también la mejor forma de terminar la película.
Vamos terminando, La Forma del Agua es preciosa en contenido e imagen, un auto-romance metafórico tan pero tan bonito, que te llega muy dentro.