Cuento fantástico-romántico para adultos que funde el mito del monstruo del pantano con una trama de conspiración científica y es, a su vez, algo así como una personal "La fea y la bestia". El director mexicano consigue un relato por momentos inquietante, en otros cuasi poético, a veces brutal cuyo trasfondo es lo bello que se oculta tras lo monstruoso y lo terrible que se oculta tras lo apropiado. Una película bendecida por la crítica por lo bien narrada y filmada que está en todos los aspectos y por una interpretación maravillosa de Sally Hawkins. No obstante, cuidado, porque no es tan fácil de asimilar como podría pensarse, en muchos momentos me preguntaba cómo podrían hacernos empatizar con los protagonistas (que es la clave para que el argumento emocione) y aunque finalmente lo consiguen no es tarea sencilla para el espectador, que observa todo un poco ajeno al argumento.
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Título original: The Shape of Water
País: Estados
Duración: 123 min.
Género:
Melodrama, romántica, Fantástico, espionaje
Reparto: Sally Hawkins, Michael Shannon, Octavia Spencer, Richard Jenkins, Doug
Jones, Michael Stuhlbarg, Lauren Lee Smith, Nick Searcy, David Hewlett, Nigel
Bennett, John Kapelos, Morgan Kelly, Jayden Greig, Dan Lett, Karen Glave, Diego
Fuentes, Cody Thompson, Allegra Fulton
Distribuidora: 20th Century Fox España
Productora: Fox Searchlight Pictures, Disney Double Dare You (DDY), Bull
Productions
Fotografía: Dan Laustsen
Guión: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor
Montador: Sidney Wolinsky
Música: Alexandre Desplat
Reconozco devoción por Guillermo del Toro, por su mundo frikie de monstruos y por sus películas, más o menos logradas, pero todas interesantes, todas con argumentos fantásticos con un halo más o menos inquietante. También he de decir que pese a ello, ninguna salvo “El laberinto del fauno” y ahora ésta me parecen sobresalientes y que a todas les veo alguna pega, aunque sea leve, así que podríamos decir que soy un fan pero no un fan rendido.
Lo de la “pega” me pasa también con “La forma del agua” aún reconociendo que es una gran película, que está francamente bien hecha, que reúne lo mejor de toda la filmografía del director mexicano y que posee múltiples cualidades, casi todas en relación a lo bien narrada que está y el trabajo que hay detrás de ella en todos y cada uno de los departamentos de producción, el problema viene porque no logra apasionarme como si han hecho otras películas (este mismo año lo hizo “Dunkerque” o “Tres anuncios en las afueras” y las cito porque compite contra ellas en los óscars) y en este caso creo que la historia que cuenta entre la “fea y la bestia” exigía emoción y un trayecto final de visionado con los ánimos de corbata, cosa que a mí no me sucedió. Mera anécdota, no la denominaré “obra maestra” de momento salvo que un segundo visionado, que a veces pasa, me haga reconsiderar mi opinión actual.
“La forma del agua” es muchas cosas porque habla de la soledad, de la amistad, de la ambición, de lo que se supone que es correcto y lo que no, de dos bandos antagónicos (se sitúa en la guerra fría) dispuestos a cualquier desmán por vencer a su oponente, habla de los que mandan y dan órdenes y de los que hacen girar el mundo con su quehacer diario, habla de ilusiones y frustraciones, de la verdadera belleza y de la fealdad…en ese sentido y aunque pueda parecer un mero cuento fantástico para mayores (y es para mayores aunque Del Toro ha sido bastante sutil y elegante con lo que podría haber sido grosero ampliando así su público potencial) es más que todo eso, es también una metáfora sobre el amor y las relaciones personales.
Me funciona muy bien lo de la metáfora, la poesía visual con la que está contada la historia romántica y entiendo perfectamente porque es así, que lo bello no tiene porque ser conveniente ni lo feo monstruoso, que ya sabemos que la bestia puede poseer un corazón de oro y realmente bestia puede ser alguien que cree que hace lo correcto de forma obsesiva e inmisericorde. No consigue en cambio el melodrama sacarme la lágrima de la emoción. Era muy complicado, personalmente yo hubiera necesitado un “monstruo” como Hellboy y una relación como la que tiene con su Liz (lo apunto como ejemplo de una relación similar entre mujer y monstruo en la filmografía del director, que a mi juicio está màs lograda). En esta ocasión estamos ante algo así como el monstruo del pantano y una mujer apocada, muda, ambos la antítesis del galán y la enamorada de los relatos clásicos. Aplaudo la valentía de Guillermo del Toro de contar aún así su historia romántica, que seguramente ha hecho disfrutar a rabiar a Tim Burton y a todos los que nos gusta el fantástico; pero auténtica empatía sólo la sentí en esa memorable escena en la que Eliza explica mediante señas a Giles porqué debe salvar al monstruo (un prodigio, no se puede decir más con menos, ahí sí que tuve el corazón en un puño). El resto de la película asistí a la trama de espionaje con gran interés, pero a la trama romántica a cierta distancia porque resulta complicado, muy complicado asimilar que ella pueda sentir lo que siente. Mejor dicho, lo entiendes, pero no lo compartes y eso te aleja un poco. De todos modos estoy convencido que no se pretendía conseguir lo que Spielberg logró con "ET", así que quizás no sea todo esto realmente una pega, lo dejo en stand by.
Sea como fuere y como no podía ser de otro modo, lo importante para implicarte en la historia son los personajes, todos muy bien construidos, aunque quizás Strickland peca de ser un “malo” exageradamente “malo” y lo es porque si no la película no funcionaría como lo hace. Todos los actores están francamente bien. Sally Hawkins, ignoro si se hará con el óscar, pero lo merece porque su actuación no sólo es muy buena, es que tiene un halo de magia que casa muy bien con la ambientación y el componente poético del argumento y Michael Shannon, Michael Stuthlbarg y Richard Jenkins están enormes, como siempre.
Lo que es indiscutible hasta para el menos entendido es todo lo que tiene que ver con la construcción narrativa y la puesta en escena. La película yo diría que tiene un ritmo perfecto, avanzando siempre con interés y se pasa en un suspiro y todo lo que tiene que ver con la producción es espectacular (de ahí las merecidísimas 13 nominaciones en los óscars). Una banda sonora envolvente, punteada por una melodía que algunos han emparentado con la de la “Amelie”, repleta de homenajes a clásicos; una fotografía bañada de la paleta de colores fríos que ya ha usado en alguna otra ocasión Del Toro; un montaje efectivo y muy bien ajustado; en fin todo lo que tiene que ver con el sonido, los decorados, la recreación del monstruo, los efectos visuales, la ambientación en los sesenta….todo magnífico e inmejorable, habrá cosecha de premios.
Quizás ha llegado el turno de Guillermo del Toro de coronarse como anteriormente lo hicieron Alejandro González Iñárritu con “Birdman” y Alfonso Cuarón con “Gravity”, y por lo que le toca me alegraría y mucho (los tres directores mexicanos son de lo mejor que ha dado el cine tras una cámara en los últimos años) aunque sentiría que el damnificado fuera Christopher Nolan porque me parece que la mejor película del 2017 es la suya.