A lo largo de los diferentes artículos que hemos ido incorporando a nuestro blog, han ido definiendo la felicidad y los factores que la componen, hoy nos vamos a centrar principalmente nuestro artículo de hoy en estudiar la formula de la felicidad que plantea Seligman para explicar como nuestra felicidad se rige por tres factores importantes, y que estos factores nos hacen responsables de la felicidad a nosotros, como veremos, como actores de nuestra felicidad y bienestar personal.
En su obra la autentica felicidad Martín Seligman expone que la felicidad responde a la siguiente fórmula.
FELICIDAD = S + C + V
La letra S se refiere al “set” es decir aquellos factores genéticos que heredamos de nuestros padres, es el paquete que nos define como propensos a ser personas más felices a lo largo de nuestra vida. Por esta razón nos encontramos con personas a lo largo de nuestra vida que desde que nacen son optimistas, aquellas personas que parecen que los problemas no les afectan igual que al resto de las personas, en definitiva que son felices. Sin embargo, por otro lado, nos encontramos con personas que viven la vida bajo la lente de la tristeza. Si atendemos a esta afirmación, nos plantearíamos que para que esforzarnos si total la felicidad viene marcada genéticamente, pero en la fórmula de la felicidad como máximo este factor define solo el 50% como máximo, lo que deja otro 50% del valor por definir, y quienes lo definen, lo veremos a continuación.
La letra C se refiere a las “circunstancias” que, debemos afrontar en nuestra vida: nuestro nivel económico, edad, matrimonio, salud, educación, entre otros. Por ejemplo si preguntaramos a las personas que les haría felices, la gran mayoría de las personas opinarían que el dinero, la salud o el dinero, como dice la canción, tres cosas hay en la vida salud, dinero y amor. En lo referente al dinero se ha demostrado que aumenta la felicidad durante dos o tres meses posterior a tenerlo, transcurrido este tiempo el nivel felicidad vuelve a su estado anterior o incluso los problemas son mayores bajando el nivel general felicidad.
Otro ejemplo es el amor, y lo vamos a plantear a través del matrimonio, en cambio, sí es una circunstancia que fomenta o disminuye la felicidad, según los últimos estudios. En una investigación se estudió a parejas que pasaban por momentos difíciles. Aquellas que continuaron juntas pese a sus diferencias, después de unos años eran significativamente más felices que las que decidieron divorciarse, producto de un trabajo en sí mismos y de encontrar puntos de unión, pues de nada sirve tampoco, estar juntos por el solo hecho de estar casados.
En lo referente a la Salud, existen diferentes estudios realizado con personas que han sufrido enfermedades graves crónicas que plantean que la no aceptación de la misma nos plantea diferentes problemas durante los primeros meses donde nos ha cambiado la situación, posteriormente volvemos a mantener nuestro nivel anterior de felicidad.
Este factor explica solo un 10% del valor total de la felicidad, por lo tanto, observamos como nuestra felicidad, se explica por los factores externos favorables o desfavorables, mínimamente, por lo tanto, queda un 40% de nuestra felicidad social se explica por nuestra propia aportación.
Por último, y como factor más destacable nos encontramos con la V, que hace referencia a los factores que están sobre nuestra “voluntad”. Por lo tanto, nosotros somos responsables de ser felices, como plantea el propio Seligman, “La Vida con Sentido”. Se trata de encontrar aquello en lo que realmente creemos y de poner todas nuestras fuerzas a su servicio. Aquí entran en juego nuestras convicciones profundas y nuestros ideales, el tratar de ser mejores, el criticar menos y comprender más, sonreír al vecino, todo vale y nos gratifica con valores estables de felicidad.
En la línea de lo que hemos venido planteando a lo largo de este capítulo vamos a plantear un ejercicio que está enfocado a potenciar nuestra felicidad subiendo el nivel de bienestar personal, centrándonos en hacer visible los diferentes momentos felices que nos encontramos en nuestro día.
En primer lugar, debemos de plantearnos que a lo largo de nuestro día nos suceden cosas positiva y cosas negativa, principalmente las cosas negativas pasan por nosotros sin prestarles atención, centrándonos en muchas ocasiones, debidos al estrés diario o a nuestro propio cansancio.
Por lo tanto, intentemos visibilizar las cosas positiva que nos suceden en nuestro día, para ello les recomiendo que en la mesilla de noche coloquéis un cuaderno, donde cada noche debemos de reflejar tres cosas felices que nos hayan sucedido en ese día que termina. Pero solo se pueden recoger cosas felices, y ustedes dirán, pero hoy ha sido un mal día, no del todo, seguramente, ese día igual miraste al cielo y viste un día soleado que te hizo sonreír, o a un bebe que te miró y te alegró ese momento. Veréis como con el tiempo vuestra apatía irá desapareciendo y los niveles generales de felicidad comenzarán a subir progresivamente. Se han hecho estudios con esta técnicas con personas con depresión mayor y han pasado a padecer un estado de depresión leve en unos meses. *Imagen tomada de marivi24.wordpress.com/2009/12/27/feliz-2010/
LOS COMENTARIOS (2)
publicado el 13 abril a las 13:40
Efectivamente, el día a día nos consume y no nos paramos a pensar en los momentos que felices que nos depara cada día, los obviamos y los pasamos por alto. Gracias.
publicado el 13 abril a las 12:20
Este me parece muy bonito y es cierto que nunca miramos las cosas bonitas que nos hacen sonreir o por lo menos no les damos la importancia que realmente tienen.Me gusta