Revista América Latina
La cuestión es que estaba Albert Einstein trabajando en su despacho de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, cuando alguien le preguntó:
-Profesor, usted que tanto sabe, ¿podría decirme la fórmula del éxito?
Aparentemente el científico no había prestado atención a la pregunta y siguió escribiendo en una pizarra que tenía en su despacho, como estaba haciendo antes de ser interrumpido. Pero lo que escribió en la pizarra fue: A=X+Y+Z, y pasados unos momentos dijo: esta es la fórmula del éxito.
Como el otro, lógicamente, no entendía, Einstein le explicó los términos de la fórmula.
-Se trata de una fórmula algebraica en la que la letra A representa en éxito en la vida; para alcanzarlo hay que ser constante en el trabajo, que está representado por X. Luego tener algo de suerte, que es la Y. En cuanto a la Z, se trata de un factor variable, de un imponderable, que es la tranquilidad y el silencio, y sobre todo la seguridad de que mientras uno se ocupa de sus asuntos no se acerca un pesado a molestarle con preguntas ociosas. ¿Me entiende?