En 1906 Hanna se siente atrapada. Atrapada en un cuerpo que no la responde a pesar de su juventud, atrapada en un matrimonio que la ahoga y la maltrata, atrapada en una maternidad que la ha quitado más cosas que dado. Así que decide huir al sanatorio del Monte Veritá.
Una película de época para hablar de temas muy actuales. Una reflexión sobre la sociedad, los avances tecnológicos pero no morales, feminismo, naturaleza, maternidad y conciliación, … Ya a principios del siglo XX muchos se hacían las mismas preguntas que nos hacemos ahora.
Basada en hechos reales esta historia nos lleva a un lugar idílico por el que pasaron muchos intelectuales, artistas, burgueses, ..., que se sentían fuera de lugar en sus supuestas acomodadas vidas. Y buscaron un refugio para poder desarrollar su arte como ellos lo sentían o reflexionar sobre la vida.
El personaje de Hanna es el hilo conductor de la historia. Un personaje ficticio al que se le atribuyen las fotografías que han llegado de aquella época. Una mujer que en Monte Veritá podría haberse dedicado a desarrollar su pasión por la fotografía algo que en su vida no podría haber hecho. Además una fotografía que capturaba el movimiento, con un resultado desenfocado, lo contario a la época.
Maravillosa la fotografía de la película, con una delicada y bella luz que hace, que por momentos, nos sintamos en el Monte Veritá.