Actualmente vivimos en un mundo cada vez más estresante, ocupado y dependiente de la tecnología, donde la mayoría de personas pasan sus días mirando pantallas de computadoras, tablets, smartphones, etc., en un espacio cerrado. En las grandes ciudades, las generaciones actuales se han desarticulado tanto del mundo natural que cuando experimentan cosas tan simples como caminar en medio de la hierba alta del campo o el olor a humedad de los bosques, reaccionan como si hubiesen llegado a otro planeta.
Los problemas mentales se están volviendo cada vez más frecuentes entre los niños y los adultos por la marcada adicción a las notificaciones constantes de las redes sociales. Cada día más, la gente se siente con menos capacidad para desconectarse de la tecnología y de esa necesidad absurda e inexplicable de saber constantemente que piensan o qué hacen otras personas.
Una forma de comenzar a entrar en contacto con el mundo natural de manera divertida, es capturando lo que se encuentra en ese mundo a través de la fotografía. Pero para fotografiar los paisajes y la naturaleza es necesario sumergirse en ellos. La fotografía natural, es algo que calma y aclara la mente y el espíritu, además de que hoy en día es algo muy simple de hacer puesto que prácticamente cada teléfono móvil cuenta con una cámara capaz de tomar fotografías aceptables, que no necesitan ser reveladas en cuartos oscuros de fotografía como sucedía en los tiempos de antaño.
Adiós problemas
Cuando se practica la fotografía natural, la mente se aleja por completo de los problemas cotidianos de la vida, y no es necesario ir muy lejos de casa para tomar buenas fotografías. En todos los lugares de este mundo, siempre habrá cerca de casa, al menos un parque con árboles, flores y aves que se acercan a estos lugares para descansar, sin contar a las hormigas y los insectos que también pueden ser fotografiados. Con algo de suerte, la mayoría de personas pueden desplazarse cerca de casa (o al menos relativamente cerca) a algún área aislada con bosques, pastizales, tierras altas o zonas costeras, para comenzar a fotografiar todo lo que puede encontrarse en estos lugares maravillosos.
La fotografía al aire libre es también una excelente forma de desarrollar la creatividad que se necesita en todos los ámbitos de la vida. No es necesario ser un experto en composición fotográfica para capturar una imagen fantástica que se pueda imprimir y colocar en un retablo. Saliendo de la prisión de concreto de la ciudad, se puede comenzar a ver el mundo de una manera diferente, no a través de la pantalla de un computador, sino como debe ser, de manera palpable, tangible, real.
Quien practica la fotografía al aire libre, poco a poco comienza a notar el azul intenso del cielo que contrasta contra el verde profundo de los árboles, y comienza a ver cosas que nunca antes supo que existían. El aire fresco y las vistas iluminadas por el sol despejan la mente de tal forma, que nuevamente comienza a aparecer la capacidad de sorprenderse y de maravillarse, que tanto han perdido las generaciones actuales por su apego inconmensurable a la Internet.
El siguiente paso
Si usted desea hacer de esto una actividad sana de recreación y deporte a un mejor nivel, entonces puede pensar en la posibilidad de adquirir una buena cámara fotográfica más especializada que la cámara fotográfica de su teléfono. Hay precios al alcance de todos los bolsillos, y siempre se puede encontrar una buena cámara fotográfica a un precio muy razonable, que le permitirá tomar fotos realmente impactantes.
Cuando una persona se aventura a tomar fotografías al aire libre, comienza a caminar y a ejercitarse sin darse cuenta, en medio de una actividad físicamente exigente que se hace mientras se disfruta de la misma. Este esfuerzo sostenido y prolongado que se hace para tomar una buena fotografía, es beneficioso para la salud. Al comienzo, los fotógrafos al aire libre caminan tan solo unos cuantos metros cada día. Con el tiempo, incluso un fotógrafo aficionado, llega a caminar varios kilómetros para ir detrás de las fotos que desea conseguir.
La mayoría de personas que dedican algo de su tiempo a la fotografía natural, descubren que esa labor de exploración de la naturaleza, echa para atrás los problemas de salud existentes. La reducción del estrés que sucede cuando se está en contacto con la naturaleza, es más que suficiente para promover la curación y la sanación de las dolencias del cuerpo.
Una mejora en la salud
Quien se sumerge en el mundo natural, mejora su estado de ánimo general y su estado emocional de bienestar. Estar en el tranquilo entorno de un bosque, escuchar el viento que sopla a través de los árboles y los cantos de los pájaros, es una experiencia tranquilizadora que pocas personas disfrutan hoy en día y que tiene un efecto profundo en aquellos que viven sus vidas estresados y con la ansiedad permanente, provocada por las malas condiciones de vida del mundo moderno.
Entrar en ese estado de tranquilidad que ofrece la naturaleza, ayuda a tratar y a mejorar a aquellas personas que sufren de problemas de salud mental. Si bien muchas personas viven en un entorno completamente urbano y deben viajar muchos kilómetros para dejar atrás la implacable expansión del hormigón, cuando logran llegar a espacios abiertos como campos, bosques, playas o páramos, descubren incluso, una nueva forma de respirar y de ver la vida.
Quien se sumerge en la fotografía al aire libre y por consiguiente, en la naturaleza, se hace más consciente de sí mismo y de todas las demás cosas que le rodean. Siente el paso de la vida con más intensidad y comienza a notar los cambios que permanentemente ocurren tanto en la vida vegetal como en la vida animal.
Con una vida cada vez más virtual, en donde solo se interactúa con otras personas a través de breves mensajes escritos en una pequeña pantalla, experimentar el mundo natural, es un bálsamo curativo que enseña a ver y a comprender la vida y las relaciones con los demás, de una forma totalmente diferente.
Nuevos amigos, nuevos intereses
Comenzar a salir a experimentar el aire libre a través de la fotografía, ayuda a que aparezcan otra clase de intereses y de actividades diferentes a los intereses y actividades de la vida diaria. Aparte de caminar y de hacer senderismo, usted puede encontrarse interactuando con otras personas que sientan interés en acampar y en estar periódicamente más en contacto con la naturaleza. Incluso es posible que se sienta atraído a participar en los esfuerzos locales de conservación de la vida silvestre que son tan necesarios para ayudar a cuidar la fauna y la flora de este planeta.
Todo esto que puede derivarse de algo tan simple como salir a caminar a un bosque para tomar fotografías, ayuda a combatir cualquier sentimiento de aislamiento social que una persona pueda experimentar. De igual manera, las posibilidades de ganar un nuevo montón de amigos con sus mismos gustos y preferencias, comienzan a hacerse cada vez más notorias.
Así que no lo piense dos veces, haga de la fotografía de paisajes uno de sus nuevos pasatiempos y nunca deje de mirar a ese mundo que existe mucho más allá del asfalto y el concreto de las grandes ciudades.
Si le ha gustado este artículo, entonces dispóngase para comenzar a salir a fotografiar a la naturaleza, y comparta esta información con otras personas que puedan estar buscando actividades diferentes para hacer y para salir de la rutina de la vida diaria.