Un estudio publicado hoy en la revista Open of the American
Medical Association (JAMA) Network Open , dirigido por investigadores de la
Universidad de Monash en Australia, exploró la incidencia de fragilidad en personas
mayores de 60 años en 28 países. Los médicos consideramos la fragilidad cuando
se cumplen con tres de los siguientes cinco criterios: Baja actividad física,
fuerza de agarre débil, energía baja, disminución da la velocidad de la marcha
y pérdida de peso no deliberada. Los resultados del estudio sugieren que el
riesgo de desarrollar fragilidad en las personas mayores es alto, sin embargo,
las intervenciones como el entrenamiento de la fuerza muscular y la
suplementación con proteínas pueden ayudar a prevenir o retrasar la progresión
de la fragilidad. Los autores del estudio abogan por una evaluación periódica
de la vulnerabilidad de las personas
mayores al desarrollo de la fragilidad para que las intervenciones apropiadas
puedan implementarse de manera oportuna ya que la fragilidad puede incluso
revertirse, ya que la condición es dinámica.