Lo más llamativo fueron las variables asociadas a estos procedimientos innecesarios: nivel socioeconómico alto, mayor frecuencia de contacto con el especialista y un ratio mayor de especialistas sobre médicos de familia.
Hemos llegado a un punto en el que tenemos el diagnóstico de la situación y el problema definido, pero cambiar hábitos, rutinas y comportamientos aprendidos durante décadas es muy complicado. Las iniciativas de reducción de este tipo de procedimientos son lentas y costosas (no en dinero), pero merece la pena seguir trabajando en esa línea.