Revista Cine
Podría afirmar que el lobo es mi animal salvaje favorito. Siempre me han fascinado los lobos, y más desde hace unos diez años, cuando tuve la oportunidad de visitar una especie de reserva, verlos relativamente cerca y aprender mucho sobre ellos. Sin embargo, cuando supe de la existencia de este libro tuve mis reservas, porque no sabía si me encontraría con un ensayo disfrazado y, aunque no me pareciera mal, no era lo que quería leer en ese momento. Fue entonces cuando me encontré con algunas reseñas y vi que era un libro que podía gustarme, como así ha sido.Sara Hall pertenece a una nueva generación de escritores británicos, ha recibido varios premios y tiene varios títulos publicados. Este es el primero que le leo. "La frontera del lobo" nos cuenta la historia de Rachel Caine, que lleva diez años estudiando y protegiendo las manadas de lobos en una reserva india de Idaho. Su vida da un giro inesperado cuando recibe una tentadora oferta de uno de los hombres más ricos del Reino Unido, el duque de Annerdale, que pretende reintroducir el lobo gris en los campos británicos. Ello supondrá el regreso de Rachel a Cumbria, su tierra natal, el reencuentro con su madre y la aceptación del proyecto más ambicioso al que se haya enfrentado nunca.Para mí, esta, más que una novela de personajes ha sido una novela de paisajes, y me explico. Rachel es una mujer con la que resulta muy difícil empatizar. Tiene un pasado complicado con una familia desestructurada capitaneada por una madre nada fácil. Ese pasado cargado de carencias afectivas ha dejado huella en ella a la hora de relacionarse con amistades, hombres, con su hermano... Rachel es una reconocida profesional, es admirada por sus compañeros. Es buena persona, pero fría, distante, siempre en guardia, lo que le hace actuar de una forma y tomar ciertas decisiones que no despiertan precisamente la simpatía del lector. Ello, unido a mi adoración hacia estos animales salvajes, ha hecho que haya disfrutado mucho más de los maravillosos paisajes donde tiene lugar la historia, de la exploración de la naturaleza que hace la autora, su forma de plasmar la belleza de la vida y comportamiento de los lobos, empleando a veces alegorías que invitan a la reflexión.
El final, y esa es mi principal objeción, deja muchos cabos sueltos, pero en general me ha parecido una historia muy entretenida y amena, para leer sin prisas y perderse por sus horizontes, especialmente si te gustan estos animales.