Revista Cultura y Ocio

La fuente de los siete valles. Félix G. Modroño

Por Mientrasleo @MientrasleoS
La fuente de los siete valles. Félix G. Modroño
     "Hubo un tiempo en que me preocupaba la muerte, mi propia muerte. Era una sensación que planeaba silenciosa sobre mí y que me azotaba las entrañas cada vez que las campanas doblaban por un fallecimiento o que un cortejo fúnebre se cruzaba en mi camino, como el que aquella mañana de junio desfilaba con una solemnidad fuera de lo habitual por las calles de Logroño".
     Hay escritores a los que sigo la pista, no son muchos, pero cada nuevo libro suyo entra en mi lista de lecturas. Ya me lo habéis leído comentar más veces. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La fuente de los siete valles.
     Conocemos a Pablo Santos, un cura que regresa a Logroño tras una larga ausencia trabajando en el Archivo Secreto del Vaticano. Su vuelta no es por placer, ya que deberá de investigar y recuperar los libros perdidos del Monasterio de San Millán de la Cogolla. Secretos, antiguos misterios y reencuentros con quienes protagonizaron su juventud marcarán esta misión que Pablo nos irá narrando en primera persona.
     Quienes hayan leído ya a Modroño sabrán que sus tramas a veces actúan como excusa para que el autor despliegue toda su narrativa sobre las ciudades en las que desarrolla sus libros. En esta ocasión la ciudad elegida es Logroño y tendremos la oportunidad de pasear por sus calles y descubrir sus secretos a través de una historia que comienza en el último tercio del siglo XIX. No obstante, no será este el único punto común con el resto de la obra de Modroño ya que alguno de sus temas recurrentes también protagonizan esta historia, y es que la vida y la muerte y la perdurabilidad de los sentimientos parecen interesar especialmente al autor, quien no duda en plantear alguno de ellos ya en las primeras líneas.
     Esta vez no se trata de un crimen sino de la desaparición de unos libros que hay que encontrar y del secreto que el protagonista descubre que oculta uno de ellos. Un secreto que hará tambalear las convicciones y creencias de Pablo y obligará al lector a tomar partido y del que no voy a dar más pistas para no estropearos la lectura; si acaso decir que la trama tiene una resolución adecuada que estoy segura ha provocado en sus últimas páginas la sonrisa de quien la escribió pensando en las cábalas de aquellos que ahora podrán leerla.
     La prosa es limpia y, como ya sucediera en La ciudad de los ojos grises, aparece teñida a grandes ratos de una cierta nostalgia, posiblemente la de aquel que relata pasado el tiempo las historias vividas en su juventud. Más allá de eso, el autor utiliza el lenguaje a través de localismos y vocablos ahora en desuso pero de significado claro, como parte de una ambientación que se completa con esa mezcla entre personajes reales e inventados que nos hace dudar realmente sobre las licencias, o no, que se ha podido tomar Modroño en algunos puntos de la novela.
    En cuanto a la parte romántica en el sentido más sentimental de la palabra, decir que en esta ocasión será el lector quien decida la importancia que tiene para la novela salvo quizás porque plantea, a mi modo de ver, una de las cuestiones más interesantes del libro. Y es que, si bien he dedicado muchas líneas a hablar de los rasgos que tiene en común este libro con la anterior obra del autor, justo es también decir que me ha sorprendido mucho el tema sobre el que acaba girando la última parte de la novela.
     La fuente de los siete valles es una buena novela con la que Félix G. Modroño afianza su nombre y su estilo y cuya lectura no puedo dejar de recomendaros.
¡Y qué mejor fecha para recomendar un libro que hoy!
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

Volver a la Portada de Logo Paperblog