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'La fuente del unicornio', de Theodore Sturgeon

Publicado el 12 octubre 2010 por Severian
"¿Tendrías la amabilidad de mirar con atención mientras como? Parece que no puedo dejar de mirarte y tengo miedo de pincharme la cara con el tenedor. 
Gloria soltó un riplido. No era una risita ni un resoplido. Era un verdadero riplido de Lewis Carroll. Son muy poco frecuentes. 
-Miraré. 
-Gracias. Y mientras miras dime qué es lo que no te gusta. 
-¿Lo que no me gusta? ¿Por qué? 
-Quizá me pase el resto de la vida descubriendo qué cosas te gustan y haciéndolas contigo. Así que deshagámonos de todo lo accesorio. 
Gloria se echó a reír. 
-Muy bien. No me gusta la tapioca porque me hace sentir que llamo la atención mirándola de esa manera. No me gustan los muebles con botones en el tapizado; las cortinas de encaje que se superponen; el estampado de florecitas, los corchetes y los broches de presión donde tendría que haber cremalleras; ese director de orquesta con los saxofones acaramelados y el hermano que canta al estilo tirolés; los hombres con ropa de tweed que fuman en pipa; la gente que no me puede mirar a los ojos cuando miente; la ropa para la noche; la gente que prepara mezclas con whisky escocés... vaya, qué rápido comes. 
-Lo hago para deshacerme del apetito y empezar a comer por razones estéticas. Me gusta esa lista. 
-¿Qué no te gusta a ti? 
-No me gustan los intelectuales hombres de letras con sus conversaciones sobrecargadas de citas. No me gustan los bañadores que no dejan entrar el sol y no me gusta el tiempo que no deja sacar los bañadores. No me gusta la comida salada; las muchachas pegajosas; la música que no va a ninguna parte o que no construye nada; las personas que se han olvidado de asombrarse como niños; los coches diseñados para ser más aerodinámicos cuando van marcha atrás que cuando van hacia adelante; las personas que son capaces que probar cualquier cosa una vez pero que tienen miedo de probarla dos veces y tomarle el gusto; y los escépticos profesionales. 
Volví a concentrarme en el almuerzo. 
-Brillante -dijo-. Aquí está sucediendo algo notable."
'La fuente del unicornio', de Theodore Sturgeon

La fuente del unicornio es una recopilación de relatos cortos del genial autor Theodore Sturgeon, en su mayor parte poseen claras tendencias fantásticas y de terror.
En el primer relato, La fuente del unicornio, se narra un singular cuento de hadas. Triste y perturbador a la vez.
El segundo relato, El osito de felpa del profesor, es un excelente y compacto ejercicio de terror, donde se inventa un peculiar variante del vampirismo.
El relato Las manos de Bianca es probablemente el mejor relato del libro, trata de un hombre que desposa a una mujer poco agraciada, pero que cuenta con unas manos hermosas. Y pronto descubre que estas poseen una característica muy interesante.
El cuarto relato Un plato de soledad es un relato de ciencia ficción donde una historia es narrada por una mujer rescatada del suicidio, a su salvador.
En El mundo bien perdido, Sturgeon narra un hermoso y trágico relato de una pareja de extraterrestres que llegan a la Tierra. Con una sorpresa final.
En el relato No era sicigia se cuenta un tormentoso relato romántico, o quizás no.
El séptimo relato, La música, es un microrelato de media pagina. Compacto y cálido.
El siguiente relato, Las cicatrices, narra un western de un rudo vaquero que cuida de una mujer, al tener ella un accidente.
En el relato llamado Fluffy, Sturgeon desarrolla una ingeniosa narración, que gustara en particular a los amantes de los gatos.
En Sexo opuesto se investiga el extraño asesinatos de unos siameses.
El cuento Compañero de celda es un misterioso relato, que no se vería fuera de lugar como script de un capitulo de los X Files.
El ultimo cuento de la recopilación tiene por nombre Una manera de pensar, es una singular exploración del vudú.
'La fuente del unicornio', de Theodore Sturgeon
Theodore Sturgeon es uno de los mejores escritores de ciencia ficción, y uno de los mas desconocidos. Esta colección de relatos es una estupenda manera de acercarse a su obra.
Es asombroso el talento de Sturgeon cuando se observa en su mejor momento, es capaz de crear relatos fantasía que parecen cuentos de hadas (La fuente del unicornio), relatos del mejor horror  (Las manos de Bianca, El osito de felpa del profesor), Westerns (Las cicatrices), y una ciencia ficción humana y cálida (El mundo bien perdido, Un plato de soledad). 
En resumen: Theodore Sturgeon acuño la frase "El 99% de la ciencia ficción es basura", no estoy de acuerdo con el porcentaje, pero no andaba tan errado. No todos los relatos del libro son obras maestras, pero la calidad promedio de ellos es muy elevada. Y toda la obra de Sturgeon emana una atmósfera entrañable y profundamente humana.   

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