Los intereses son una de las fuerzas más poderosas del mercado. Dependiendo en que lado juegues, pueden beneficiarte o empobrecerte velozmente. Entendamos un poco mejor su funcionamiento.
Albert Einstein decía que la fuerza más poderosa del universo es el interés compuesto. Y tenía razón. Para ratificar esta frase lo podemos visualizar con la Regla del 72. ¿Y esto que es?
Si tomas una hoja de papel normal, que tiene por lo general 0, 1 mm de grosor y la doblas, pasará a ser de 0, 2 mm, si la vuelves a doblar será de 0, 4 mm, si la vuelves a doblar será de 0, 8 mm, y así sucesivamente. Si la doblamos 10 veces tomará una distancia de 10 cms, si lo hacemos 22 veces, tomará una distancia de 380 metros, la altura de un gigantesco rascacielos. Si lo hacemos 30 veces tendrá una distancia de 8000 metros equivalentes al K2, la segunda montaña más alta del planeta; y finalmente, al doblarla las últimas 42 veces, tomará una distancia similar a la que hay del centro de la tierra al centro de la Luna.
Lo cierto es, que la clave está en su duplicación constante. Parece increíble que el pequeñísimo grosor de una hoja de papel, a la cual pudiera hacerse tantos dobleces, es capaz, por unas 72 veces, llegar a tener semejante distancia. Lo mismo ocurre con el dinero y los intereses.
Hay dos tipos de interés: El simple y el compuesto. El primero es una constante, siempre se aplica a una cantidad fija en el tiempo. Por ejemplo, si presto una cantidad de 120 a un interés de 8% a un periodo de 2 meses, sería: 120 x 8 /100 = 9, 6. Sumamos entonces 120 + 9, 6 = 129, 6. Esa es la cantidad que me devolverían o que ganaría al final de esos 2 meses. Para conocer cuánto sería mi interés diario, dividimos 8/60 = 0, 133 por día, y obtendría: 120 x 0, 133 / 100 = 0, 16, es lo que ganaría diariamente por mis 120 que se van sumando durante esos 2 meses de manera igual y uniforme. Si quiero también aplicarlo a 2 años, si así lo he pactado, será el mismo resultado. Un interés a 8% sobre un capital de 120 para devolver en 2 años, dará lo mismo.
Como se ve, el interés simple es una constante que no varía con el tiempo ni con la cantidad. Es decir, no se va reinvirtiendo o capitalizando. Permanece al margen del capital y una vez concluido el tiempo, es que se paga u obtiene. Pero no es así con el interés compuesto, que por definición son “los intereses sobre intereses”. Aquellos que se capitalizan y generan más intereses cada vez que se integran al capital en el transcurso del tiempo. Se reinvierten. Y la Banca lo sabe muy bien.
Doy un ejemplo de ello. Si tienes 1000 en un certificado que paga 10% al año, al final del año serán 100 de ganancias en intereses sobre tus 1000 original.
Pero al seguir renovando tu certificado anualmente, y si no dispones de ese dinero, tu capital ahora será de 1100, es decir, los intereses iniciales se capitalizaron y los nuevos intereses ahora se calculan sobre ese nuevo capital, aportándote más dinero. Por ejemplo, al segundo año los intereses del 10% sobre 1100, serán de 110, y tu nuevo capital será de 1210. Al tercer año, en esas mismas condiciones, tus intereses devengados serán de 121 y tu nuevo capital de 1331. Al cuarto obtendrás 133, 1 de interés y tu nuevo capital será de 1464, 1 y así sucesivamente. El dinero trabaja para ti sin tu hacer nada. Además, si aportas más capital, nuevamente se transformará en una cantidad mayor, y se recalcularán los intereses a tu favor sobre un capital más grande.
El interés compuesto va engordando el capital y este se va haciendo cada vez más grande. Es el efecto denominado “Bola de Nieve”, que a medida que avanza va capturando más nieve y agrandándose. Ese es un ciclo positivo para ti para “agrandar” tu dinero.
Nombro la Regla del 72 porque en finanzas tiende a ser la más usada para medir con mayor precisión el tiempo en que una inversión con una tasa de rendimiento que oscila, normalmente, entre el 4.9 y el 11%, se duplica. Dependiendo de la tasa de rendimiento pueden aplicarse distintas reglas como la del 70 (con tasas entre el 0.5% al 4.9%), la del 69 (aplicable a tasas por debajo del 0, 5%), etc, que se emplean para una mayor precisión en la predicción del resultado final.
A la inflación por encima del 5%, también puede aplicársele La Regla del 72, demostrando en cuanto tiempo quedan reducidos a la mitad o menos tus ahorros.
Partiendo de la regla del 72 veamos ahora en cuanto tiempo se duplica tu dinero sin tu hacer nada. Tomemos el mismo ejemplo anterior de los 1000, con un certificado anual al 10% y veamos en cuanto tiempo se duplica tu capital. Pues es una ecuación sencilla y nada difícil: Tomamos el número 72 (ya dijimos se usa esta regla para tasas que van entre 4.9% y el 11%), y lo dividimos ente la tasa de interés, que en este caso es del 10%. Así 72 / 10 = 7, 2 años tardará en duplicarse tu capital. Tus 1000 serán 2000 en ese tiempo. Es una forma muy sencilla y nada complicada de calcular el rendimiento.
Ello demuestra que el poder del interés compuesto, puede jugar a favor o en contra en una operación de dinero, y dependerá en qué posición juegues para ser beneficiario o perjudicado en la misma. Ya de por sí, eres perjudicado si eres un ciudadano viviendo en un país con una fuerte inflación, porque le restará valor a tu dinero.
Si eres un deudor de un banco, y la banca siempre usa el interés compuesto para calcular tus intereses (y muchas veces lo hace sobe saldos diarios, dependiendo del tipo de deuda), pues ya sabes que dejar de pagar alguna cuota de un préstamo o de la tarjeta de crédito, y acumular más deuda, incrementará el interés compuesto en tu contra duplicándolo varias veces mientras más tiempo dejes de pagarlo.
De igual manera, puedes tratar que el interés compuesto te beneficie, si lo empleas en algún mecanismo de inversión (que no sean solo cuentas bancarias), como la Bolsa, Fondos, Cartera de Inversión, o comprando acciones, etc. Los resultados no serán exactos por las fluctuaciones del mercado, pero puedes obtener predicciones aproximadas en tus inversiones si les haces seguimiento o inviertes con profesionales que se encarguen de vigilar tus inversiones por ti.
Ya alguno habrá arrugado la cara al leer de bolsa, fondos, acciones, bonos, etc. Pero esos son vehículos de inversión que pueden aventajarte en un ciclo económico. También estarás pensando: “No entiendo nada de ese mundo”, “Hay que Invertir mucho dinero”, “Voy a perderlo todo como en las películas”, o “Que hay mucho riesgo”.
Todas esas interrogantes, las iré respondiendo en próximos artículos, pero es importante aclararte que la mayoría de los miedos vienen de nosotros mismos. De nuestra imaginación y de nuestro desconocimiento del mundo financiero. De insuflar mitos. No necesitas un doctorado en finanzas para entender las reglas financieras más básicas que ya he venido desarrollando en varios artículos para una comprensión sencilla.
Te sorprendería saber que cerca del 75% de las fortunas más grandes del planeta, registradas en la famosa Lista FORBES, son de personas que jamás llegaron a ingresar a la Universidad, pero si demostraron una gran constancia, visualización de objetivos, sentido común y disciplina para tener semejantes logros económicos. Y por supuesto, entienden muy bien las reglas del mercado y del ciclo del dinero. Tú también las puedes entender y aplicar para tu propio beneficio.
Para el próximo artículo y en la línea de los intereses, abordaré el tema del crédito y su inadecuada utilización.
Hasta la próxima.
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