La Fundación Norman Foster de Madrid expone, en la decimoquinta edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia, el primer prototipo a gran escala basado en el concepto del “Droneport” (hangar para drones), concebido para distribuir suministros médicos en África. Ubicado en el Arsenale, el pabellón abovedado está compuesto por dos capas externas de “Durabric”, un nuevo tipo de bloques de tierra compactada con cemento, que ha desarrollado la Fundación Lafarge Holcim.
En un estudio provisional de viabilidad liderado por el profesor Santiago Huerta Fernández se construyó en la Universidad Politécnica de Madrid una bóveda de tamaño mediano. Dicho estudio fue llevado a cabo por Carlos Martín Jiménez, un maestro mampostero, que participó en el proyecto junto con dos estudiantes del MIT, Sixto Cordero y Luisel Zayas. El mismo equipo, que contó con la participación de Víctor Segundo, Simba Lasluisa y Luis Tituana, se trasladó a Venecia para crear el pabellón actual.
La red de hangares para drones, el proyecto inaugural de la Fundación Norman Foster, será lanzado este año en Ruanda, y está previsto que entre en funcionamiento en 2020. Su propósito es que todas las aldeas africanas tengan un hangar de drones propio en 2030.