"Celso Marqués era un vividor y fundó una funeraria. Lo hizo en un buen momento, cuando la gente se moría más. Por aquel entonces, con la estela de penuria que había dejado la reciente guerra, los que no cayeron quedaron con los bolsillos vacíos y los estómagos huecos. No se comía demasiado, más bien poco, algunos más bien nada. A paso lento la situación fue mejorando y los clientes disminuyeron, aunque nunca tanto como para dejar de hacer el negocio rentable."
Bueno, pues si ayer hablaba de muertes en un sentido hoy hablo de funerarias. O mejor dicho, lo hace Juan Luis Cano, un nombre que todos conocemos vinculado a Gomaespuma, así que ya podemos suponer que estamos ante un relato en el que el sentido del humor es muy importante. Hoy traigo a mi estantería virtual, La funeraria.
Conocemos a la familia Marqués, capitaneada por doña Lourdes, una mujer a la que la vida y los devaneos de su marido han curtido y afilado el carácter. Un negocio como es una funeraria y una casa en la que controlar todo ocuparán su tiempo.
Como comentaba al comienzo de la historia, el autor de este libro es integrante de Gomaespuma, pero además cuenta en su haber con unos cuantos libros escritos y no todo ellos usan la vena cómica por la que se le conoce sino que poco a poco nos dan una idea de estar frente a un escritor que puede perfectamente ponerse serio.
Es un hecho relativamente conocido que la familia de Juan Luis tenía una funeraria, así que vemos donde puede estar el punto de partida de esta historia y, como no, del escenario. Construye un libro ameno que pasa del humor más ingenioso al más negro sin que apenas nos demos cuenta haciendo en él un retrato de un momento determinado. Sus personajes se nos antojan reales incluso cuando se salen de las líneas en los comportamientos y el barrio es Carabanchel. De este modo y con una sencillez aparente que consigue que el libro se nos escurra de entre las manos, nos descubrimos ante un tema tan serio como una funeraria en una historia que tiene lo mismo de triste que de terrorífica (aunque muere gente): Nada.
Es uno de esos libritos que se leen en un momento y se disfrutan sobre todo en períodos de descanso, una historia que nos sorprende con una sonrisa para terminar sacándonos una carcajada que os recomiendo leer con todo vuestro sentido del humor.
Y vosotros, ¿me recomendáis un libro de esos que hacen sonreír, incluso reír?
Gracias