Cada cuatro años cambia mi vocabulario, pregunto por jugadores, técnicos, estrategias y preparo cotillón hecho en casa para apoyar a la selección. Para mí, el Mundial de Fútbol es ideal para vivir en familia.
En casa cada uno sigue a un club distinto. Convivimos con hinchas de Boca, River, San Lorenzo, Ferro, Barcelona, Atlético Madrid, en ese orden, todo mezclado o combinádolos de maneras irrisorias. Pero una vez cada cuatro años, llega el mundial. Ahí, nos alineamos con la selección, cambiamos rutinas y vivimos cada partido de manera especial.
De chica, las olimpíadas de verano, de invierno y los mundiales de todos los deportes que se transmitían por la televisión eran programación obligada por mi familia. Ese es mi recuerdo, que puede tener una parte real y quizás otra exagerada o inventada. Poco importa, ya que ese recuerdo, así como vuelve a mi mente, me hace feliz.