La futura desaparición del Código QR

Hace unos días, Masahiro Hara, el creador del Código QR(Quick Response), recogía el premio European Inventor Award 2014 con esta enigmática frase: “Para decirte la verdad, durará unos 10 años más”.

Según Data, el Código QR, creado en 1994, desaparecerá por la sencilla razón de que se mejorarán los procesos de mejora de reconocimiento, y los productos serán reconocidos por lo que son, sin que ningún código tenga que archivar su identidad.

A Masahiro Hara no se le puede negar la sinceridad y el reconocimiento de las diferentes aplicaciones que han congeniado con su Código QR, entre otras cosas para trabajar en la gestión de inventarios en las fábricas, la administración de los archivos de pacientes, el seguimiento de las muestras biológicas y como herramienta de marketing, eso si, con un grado de mayor o menor acierto, para ser más exactos, con mucho menor grado de acierto del esperado.

El Código QR, inspirado en el boom de los supermercados japoneses de los años 60, es 10 veces más rápido e incluía mucha más información que los códigos de barra convencionales, además de que puede leerse desde cualquier posición. Pero ello no ha servido para que sea considerada una tecnología indispensable. No hay prueba mejor que abrir la nevera de casa. Todos los productos llevan un código de barras, muy pocos un código QR. Y la verdad, la mayoría se redirigen a la web de la compañía o con un poco de suerte, a terribles noticias soporíferas de la propia marca.

Hay 3 claves para entender el porque no ha funcionado el Código QR:

1. ESFUERZO, coger el móvil, apuntar y escanear.

2. MARCAS QUE NO OFRECÍAN NADA, en la mayoría de ocasiones se redirigía a una arcaica web corporativa

3. MALAS ESTRATEGIAS, mala comunicación en estrategias de marketing asociadas a la tecnología QR. Se ha demostrado que cuando las marcas crean campañas creativas y diferentes, se consigue un mayor número de escaneados.

Leyendo todo esto, parce que el Código QR ya no tiene el respaldo de su creador, ni de muchos adictos a las nuevas tecnologías o pseudohipsters, es más, ni tan siquiera los supermercados lo usan, pero no todo son malas noticias, diferentes aerolíneas, la todopoderosa Renfe, empresas de paquetería o algunas marcas de ropa para sus etiquetas si que la utilizan. Además, el Código QR ya cuenta con alternativas a cumplir objetivos concretos, como los Snap Tag, que añade capa de información al logo de la marca(isotipo o isologotipo para ser más exactos) y que puede ser interpretado por el consumidor al igual que un QR. También existen soluciones con la cámara (vía app) como Clickable Paper.

Las alternativas o sucedáneos al Código QR son inevitables y presentes. Nadie sabe cuál será la próxima tecnología que irrumpa con fuerza en escena, pero si sabemos que estaremos atentos para sacarle el mejor provecho posible, o como mínimo intentarlo. De eso no hay duda.