Mucho se hablado ya de esta serie y de su personaje principal con tan solo dos episodios. A pesar de quienes ven "woke" en todas partes (1), este personaje que se ha llevado la mayor parte de su ira...¡se la merece! Y es que unos fanáticos digan una cosa no convierte automáticamente la contraria en la correcta (2). De hecho, han acertado de chiripa, ya que todos pueden ser víctima de su señalamiento. Es como jugar la lotería con todos los números. En donde no han tenido tanto acierto es en los motivos.
Esta Galadriel es un desastre porque es una caricatura, una plantilla de personaje que bien podría valer para una película de tarde, sea como protagonista a la que nadie hace caso, como Bronwyn, que lo lleva mejor aunque siga siendo un cliché, o como la enferma mental que se convierte en una amenaza. Esta Galadriel tiene tanta profundidad como el riachuelo en el que se hunde su barco. Por una parte, su personaje hace aguas porque nos han presentado un salto temporal de cientos o miles de años, pero no hay progresión. Por otra parte, más allá de su venganza, no tiene nada más que su enclenque amistad con Elrond.
Como si fuera una adolescente milenaria que piensa que todos los hombres son gilipollas ("¡En serio, mamá, esto no es una fase!"), su relación con el resto de elfos, donde no hay mujeres, se divide en tres actitudes: tú no tienes capacidad de saber cómo me siento (a Elrond), no dejaré que me sometas mucho (Gil-Galad) o yo siempre tengo razón sin necesidad de explicar cómo (su pelotón). Tiene un claro conflicto entre que deben estar obligados a entenderla y/o someterse a ella, pero a la vez no son capaces de entenderla.
Es cierto que los elfos no tienen la obligación de comportarse como los humanos. Por eso, que los niños elfos tiren piedras y discriminen a Galadriel en Valinor, que han presentado como un paraíso donde no hay mal, es un doble disparate. No obstante, la literatura no deja de ser nuestro reflejo, por lo que no importa si nos presentan un espejo que altere nuestra imagen, que no puede crear una imagen nueva. Es decir, Galadriel tiene que comportarse hasta cierto punto como haría una persona normal en su entorno y con sus vivencias. Que su dolor dure siglos y le impacte por no haber conocido antes la muerte es comprensible, pero también tiene que encajar con su sabiduría, propia y de su pueblo. De lo contrario, es como encontrar un "pescado" muy jugoso en la "pescadería" y dejarlo en las espinas para que te salga más barato. Técnicamente, habrás comprado el "pescado" y podrás darle tu toque echándole todo lo que quieras encima, pero has tirado tontamente toda la sustancia y no tiene sentido que luego intentes añadirle complementos para compensar.
Llegados aquí, te preguntarás: "Entonces, ¿por qué le hace un flaco favor al feminismo?". Simplemente porque no se comporta como una persona. En un producto independiente, una mujer u hombre podría ser unidimensional, mononeuronal incluso, si tiene sentido. Podría ser criticable, pero también una decisión lógica según el objetivo que tengan (3). En una comedia puede haber tontos y simplones, no gustarle a todos, pero cumple su cometido. Partir de la obra de Tolkien, o de otras más complejas en la representación de personajes, y convertir a Galadriel en esto es un insulto. Es como gastarte un pastizal en oro puro y bañarlo en mercurio.
Como los hombres, las mujeres pueden ser sencillas o complejas. Tienes un abanico enorme de posibilidades. Aunque siempre hay arquetipos y tropos, es decir, ciertos elementos que suelen repetirse en todas las obras, lo que se debe evitar es el cliché. La mujer indefensa que grita y se cae ya ha dejado de ser un recurso habitual. Lo mismo pasa con el negro que se muere, los extraterrestres que atacan Estados Unidos o los musculitos que matan rusos o alemanes. No quiere decir que estos personajes no se pueden usar nunca, sino que es perezoso emplearlos contínuamente, como un comediante que siempre cuenta el mismo chiste. La repetición cansa como el ritmo de una canción de reggaeton.
Incluso si quieres presentar a una mujer fuerte, no necesitas enemistarla con los hombres ni degradar al resto para hacerla destacar. Una persona puede ser fuerte de muchas formas, incluso siendo derrotada. La fuerza no solo se demuestra físicamente ni con una actitud marcial. De hecho, si presenta un dolor aparentemente insuperable, ya tiene un elemento al que enfrentarse. Hacerlo de manera más humana le permitiría añadir profundidad en sus relaciones con otros, pudiendo incluirse momentos de flaqueza para que contrasten con los momentos en los que se luzca.
Cometer los errores que se han presentado por supuesto que da lugar a críticas de los más reaccionarios. Si, casual o intencionadamente, Galadriel tiene invariablemente la razón, haciendo únicamente su voluntad, y degrada las cualidades a todo el que está a su alrededor, sea elfo o náufrago, pues hay quienes marcan todas las casillas que necesita para señalar al personaje y señalar una conspiración. Por eso, Elrond gana carisma cuando no está cerca suya, pues parece haber salido de su círculo imbecilizador. Si, casualmente de nuevo, en el pueblo humano, todos son malos salvo la mujer y los de piel más morena...Pues si hay gente que a la mínima se le salta las alarmas, aquí han encendido hasta las sirenas.
Esto no lo digo porque haya que contentar a los extremistas. Al contrario. El trato actual del personaje de Galadriel también agrada a extremistas, teóricamente de signo opuesto. Lo que no hay que darles es la mínima posibilidad de tener razón, aunque sea en la duda.
Habrá quien defienda que solo se han mostrado aún dos episodios. Es cierto que tiene posibilidad de mejorar, y lo hace en el segundo episodio donde el foco no está exclusivamente en Galadriel, pero si nos fijamos en la trilogía original de Peter Jackson, vemos que la voz en off de Galadriel dice más que todo un episodio. Comenzando con las palabras que originalmente pronunció Bárbol, percibimos que debe ser alguien que vivió esa época remota, que no es humana, que es importante, sabia, que nos muestra su temor y su esperanza. Estas no son palabras de Galadriel en los libros, que ni siquiera empieza con este recuerdo, pero es innegable el acierto. En apenas unos 7 minutos, nos dice más que Los anillos de poder en dos horas. ¿Acaso justifica que pretendan hacer al menos 50 episodios para alargar una presentación efectiva del personaje? ¿Tenía entonces Peter Jackson más derechos y libertad que los que limitan a los productores de Los anillos del poder? Si quisieran estirar el chicle, ¿por qué no aprovecharon para presentar más tiempo la relación de Galadriel con su hermano? No hacerlo es como si en El señor de los anillos se tratara constantemente la pena por la muerte de Isildur o su padre Elendil, que apenas salen para morirse. Da la impresión de que todo esto es parte de la pésima estructura narrativa con la que han empezado, es decir, cómo cuentan las cosas, el orden y el tiempo dedicado a cada segmento.
En definitiva, en Anillos de poder, Galadriel ha comenzado como un cliché simplón e innecesario. No hace falta ser conocedor de los textos de Tolkien para percibirlo. Solo mejora si ella no avanza la trama, ya que, en caso contrario, usa el guión como escudo. Anunciar la intención de mejorar Tolkien, degrando un personaje, pero presentarla como un ejemplo de mujer guerrera con menos personalidad que la escupidera orca nº 843, pues presenta un modelo risible de mujer. Solo contemplar la serie como una telenovela en un mundo mágico haría que todo comenzase a cobrar sentido, incluyendo esperar al menos 50 episodios de contenido.
- Aunque, recuerdo, que el daño lo han causado los "antiwoke" que han tomado el poder, señalando machaconamente a un enemigo invisible, indefinido que convenientemente puede estar en cualquier parte, ser cualquiera...
- Del mismo modo que discrepar sobre las supuestas bondades de la serie, incluso la presencia de personajes concretos y sus características, no te convierte en estúpido, fanático, purista o racista. De hecho, en el aspecto de racista, no creáis que es raro quienes apenas tienen contacto con otras "razas", tratándolas como si fueran "especiales" en vez de como personas, que es lo que son, y luego estén preocupados de demostrar que ellos no son racistas y señalar a los demás.
- También ocurre con los cambios en las adaptaciones. Hay libertad para hacer todos los cambios que se quieran pero entonces le sucede como a la paradoja del barco de Teseo. Si empiezas a cambiarle todas las piezas, llegará el punto en el que sea otro barco. En una adaptación, puedes quedarte con otro "barco" cambiando aspectos clave, aunque dejes el resto igual.