Cerca de la plaza Colón de Madrid y escondido en un sutil rincón de la calle Bárbara Braganza se encuentra lo que a priori parece un pequeño y oscuro restaurante. Un tímido cartel anuncia su nombre: La Galette 2. No es muy visible pero tiene algo que me hace querer conocerlo más. Me adentro escaleras abajo.
Lo que daba la primera impresión de ser un local recóndito, oscuro y poco acogedor resulta ser un restaurante con una entrada magníficamente decorada, un mostrador lleno de tartas de aspecto delicioso y un amplio espacio con varias salas para comer o cenar.
Se trata de una cena de networking pero el ambiente es tan romántico que hace sentir que las relaciones son más estrechas, parece incluso que estoy cenando con amigas de toda la vida. Este ambiente es causado por la acertada decoración en tonos rústicos y por la luz perfectamente estudiada de lámparas en los rincones. Un acierto que lo hace un restaurante perfecto para ir en pareja.
La comida no tiene ese punto tan romántico y tradicional, por el contrato es innovadora y mezcla casi todos sus platos con un toque de dulzor característico: una croqueta de manzana con crema de queso, un milhojas de berenjena con agua de pimiento rojo, langostino tempura en ensalada de mango o pez espada con salsa Kimchi son algunos de los platos que se ofrecen.
Los tamaños de los platos son perfectos para compartir entre dos y saborear tanto el ingrediente principal como el condimento o salsa que lo complementa con ese pequeño toque dulzón. Un restaurante que innova con sus platos sin renunciar a la cantidad y potenciando el sabor de cada uno de ellos.
En la Galette 2 saben dejar lo mejor para el final: el postre. Cuando entré ya me deleitó la vista la entrada llena de tartas, no decepcionan al paladar, loa seguro. No es de extrañar que el dueño de este restaurante también lo sea de una pastelería ( Tabatha).
Probamos la tarta "5 texturas de chocolate" que al contrario de resultar empalagosa (soy una persona que no soporta los postres demasiado chocolateados), se deshace en la boca con un toque delicioso y suave. Aunque esta suele ser la que más triunfa, a mí me enamoró la de chocolate blanco con toque de dulce de leche y mango. Con un dulce sabor exótico me ha conquistado pero es que yo soy fan del chocolate blanco, que le voy a hacer... 😉
Desafortunadamente al ser miércoles por la noche otras obligaciones me llamaban y no me pude quedar a la sobremesa que tanto me gusta. "Charleta" y conclusiones pero debo confesar que sí saqué mi propia conclusión sobre la Galette 2: en esto de la gastronomía, la primera impresión no es la que cuenta. Mi estómago feliz ha sido la mejor conclusión que he sacado de este restaurante. Ya estoy esperando a sorprender a mi pareja con una velada única en este tesoro escondido de Madrid.
Gracias a Amanda de Zampatelmundo por la invitación. Os invito a leer todos sus artículos para No te Aburras aquí.
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